A la flota gallega de cerco se le acumulan los problemas. A la imposibilidad de pescar anchoa en la zona IXa -desde Fisterra hasta el golfo de Cádiz- desde el pasado mes de febrero se le suma ahora la prohibición de capturar la especie en el Cantábrico. El Ministerio de Agricultura informó ayer al sector del cierre "provisional y precautorio" de la pesquería en la zona VIIIc -desde el golfo de Vizcaya hasta Fisterra-, una prohibición que, según la orden, se hará efectiva a partir de la medianoche del próximo lunes. "Nos llegó el aviso a las dos menos cuarto. Esto no puede ser. Nos quedamos sin pescar y no tenemos a quién reclamarle porque está el fin de semana de por medio", declaró ayer el portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García.

La asociación, que representa a la mayoría de las embarcaciones de cerco de la comunidad, explica que la Secretaría General de Pesca les envió un documento el pasado miércoles en el que figuraba que la flota del Cantábrico Noroeste había consumido hasta la fecha el 95,8% del cupo (21.961 toneladas de las 22.923 totales). "Si el día 19 faltaban 1.000 toneladas, ¿quién ha pescado toda esa cantidad? Porque nosotros no hemos sido", afirmó molesto García. "¿Dónde está el adelanto de la cuota del próximo año? No entendemos nada", añadió el también patrón mayor de Sada, en relación a la ampliación del 10% del cupo que realizó el Ejecutivo a principios de mes, una cantidad que será descontada de las posibilidades de pesca de próximas campañas.

Acerga denuncia además que este aviso llega solo unos días después de la presión ejercida por Cantabria para que se cerrase "de inmediato" la pesquería. La intención del sector pesquero cántabro era prohibir la captura de la especie, con el riesgo de sobrepesca de y los bajos precios del recurso -provocados por el pequeño tamaño que han tenido los ejemplares en esta campaña- como argumento. "Aquí hay un juego sucio que no me gusta nada. Creo que se le está haciendo caso a las peticiones de Cantabria sin pensar en el resto de la flota", declaró García, e insistió en la abundancia del recurso frente a las costas gallegas. "A los ejemplares que vemos, que son grandes y adultos, les quedará un año o dos de vida como mucho. Están destinados a morir y es un pecado que no nos lo dejan capturar", criticaba ayer el portavoz de Acerga.

Las posibilidades de pesca del cerco gallego se quedan ahora "a mínimos" con este nuevo cierre. El sector denuncia la "crítica" situación que atraviesa, con limitaciones en las capturas de sus otras especies objetivo. Los marineros tienen un tope de 2.000 kilos diarios por embarcación en la pesquería de jurel y de 3.000 kilos semanales en la de sardina. "La mayoría de la flota está fatal. Los patrones están nerviosísimos porque ven que hay un montón de anchoa que no les dejan pescar", apuntó por su parte el presidente de Acerga, José Blanco.

Manifestaciones

El sector se manifestó ayer por la mañana en el puerto de Portosín (A Coruña) como continuación a la protesta del pasado día 13 en Vigo, para reclamar más posibilidades de pesca de anchoa al sur de Fisterra. Alrededor de un centenar de marineros realizaron una pitada y arrojaron varias cajas de este pescado al suelo, como crítica al reparto "injusto" de la cuota extra de la especie que hizo el Gobierno. Los armadores tienen previsto repetir esta misma actuación el próximo viernes en el muelle coruñés.

El Ejecutivo amplió hasta en dos ocasiones el cupo de anchoa en la zona IXa y repartió la mayor parte de estas posibilidades de pesca (el 98,86%) para la flota de cerco de Andalucía. "No estamos en contra ni de andaluces, ni de cántabros, ni de vascos. Pero un marinero gallego tiene el mismo derecho a poder desempeñar su actividad en igualdad de condiciones y sin discriminaciones", sentenció José Blanco.