El 29 de noviembre del año pasado, sobre las 23.00 horas, un marinero del barco Safrán se dirigía al aseo cuando se percató de que la zona del parque de pesca estaba inundada. Minutos después, el buque con base en Celeiro se hundió a unas 36 millas al norte de San Sebastián y dos marineros gallegos desaparecieron: Benigno Vázquez, de 36 años y natural de Meaño (Pontevedra), y José Pardiño, de 46 años y residente en Viveiro (Lugo). En un primer momento solo se supo que una vía de agua había provocado que el barco volcase y, posteriormente, se hundiese hasta quedar a una profundidad de 200 metros. Ahora, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), ente adscrito al Ministerio de Fomento, apunta que dos compuertas que estaban abiertas por error (a ambos lados de la embarcación) provocaron la entrada de agua en el Safrán, un volantero de 17,5 metros de eslora construido en 2000.

Los expertos de la Ciaim señalan en las conclusiones del informe publicado ayer que la embarcación llevaba durante la navegación un orificio abierto en el costado de estribor -empleado para tirar los restos del eviscerado de pescado al mar- "con la válvula antirretorno sin su correspondiente clapeta", que los marineros retiraban para hacer más sencillo su trabajo.

Del mismo modo, los investigadores recuerdan que en la banda de babor había otro hueco abierto. El buque se dirigía al caladero en el momento del suceso -tras haber partido de Burela (Lugo) el día anterior- y, al cambiar el rumbo hacia el norte, la fuerte marejada hizo que entrase más agua por las dos compuertas en el parque de pesca, sin que nadie de la tripulación se diese cuenta.

Los investigadores apuntan también a que el barco llevaba exceso de carga, lo que hizo que se sumergiese más de lo debido y embarcase agua. "El volantero viajaba sobrecargado, con desplazamiento y calados mayores que los máximos indicados en el acta de estabilidad", reza el informe de la Ciaim, de forma que la parte de popa quedaba al nivel del agua e impedía evacuar la inundación de la cubierta. Aún así, los investigadores no advierten errores por parte del patrón, al entender que no existe un libro de estabilidad ni otra documentación que indicase de forma clara las limitaciones de carga del pesquero.

Los otros tres tripulantes gallegos y uno más caboverdiano que completaban la tripulación del Safrán pudieron abandonar el barco al encontrarse en la zona del puente y subirse a una balsa salvavidas. Antes de saltar al agua avisaron a través del canal VHF de la radio al barco gallego Os Merexos (de Cariño), que tardó unos veinte minutos en llegar hasta el lugar del suceso para llevarlos posteriormente a tierra, al puerto de Santoña.