Si tradicionalmente se ha buscado la piedra filosofal para, de algún modo, justificar la inquietud por la existencia propia y ajena, la Comisión Europea recurre a la aplicación más o menos ordenada de una política de descartes que permita el equilibrio entre el seguimiento de la norma emanada del Parlamento Europeo para la aplicación en 2017 de las medidas aprobadas en la reforma de la PPC (particularmente en lo que atañe a los descartes) y las nuevas exigencias que dichas medidas implican para los pescadores.

Y aquí es donde surgen las controversias porque de las discusiones habidas -y que se mantienen sobre los pros y los contras de los descartes- no han arrojado la suficiente luz como para determinar la bondad del presidente de la Comisión de Pesca, el francés Alain Cadec, por la que, tras un periodo de dos años que finaliza a principios del citado 2017, el incumplimiento de la normativa comunitaria de descartes comenzará a ser sancionado. Esta regla, como ya es conocido, obliga a los pescadores a desembarcar todo el pescado capturado en cada salida, cuestión harto perjudicial para flotas como las artesanales y las multiespecíficas.

En la búsqueda que no cesa de ese equilibrio en la pesca se pretende, al mismo tiempo, la preservación de los recursos pesqueros y garantizar la viabilidad económica de la actividad pesquera, cuestión esta que parece cada vez más una quimera para aquellos que viven de lo que se puede capturar cada día que el mar y el viento permiten salir a faenar.

Pero, además, obra en contra de esos postulados la desconfianza natural del sector extractivo hacia una normativa que, están seguros, no va a coincidir en su pretensión con la realidad de los hechos: no por descartar más -o mejor- se va a evitar la mortandad de peces capturados con las distintas artes. Y, sabiéndolo o no, aplican la famosa frase del filósofo, matemático y físico francés René Descartes (¡oh!, coincidencia) cuando señalaba: "Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez". Al tiempo hacen suya nuestros pescadores otra frase del considerado padre de la filosofía analítica y la filosofía moderna (cuya vida se realizó a caballo de los siglos XVI y XVII) cuando planteaba: "Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino".

Armadores gallegos demandan desde hace tiempo un plazo mayor de tiempo para asumir la obligación de desembarcar todas las capturas que, hasta ahora, se tiraban por la borda. Pero nadie ha atendido tal petición, ni tampoco aclaran si aplicar las normas en el menor tiempo posible es mejor que ir por el buen camino.

La implantación de los descartes es una realidad desde el pasado 1 de enero de 2015. Pero los pescadores de la UE disponen de dos años para obedecer, primero, la orden de eliminar progresivamente los descartes y, a partir de 2017, desembarcar la totalidad de las capturas efectuadas bajo la amenaza de sanciones en caso de incumplimiento.

Hay especies de interés económico para nuestras flotas -gallo, merluza y rape, entre otras- que se adjudican tradicionalmente a España en cantidades tan pequeñas que no habrá modo de disociarlas de aquellas otras especies que se capturan incidentalmente y que, al igual que las primeras, deberán ser desembarcadas, con lo que una y otras compartirán espacio a bordo generando con ello un cierto estrés en la tripulación.

Pero en absoluto contribuye al equilibrio, porque se pesca lo mismo, aunque no todo se aproveche.