"El último reducto de la marsopa es el norte de Portugal y Galicia. Pero sobre todo, las Rías Baixas", explica el jefe de campaña Phocoeval. De hecho, el nombre completo del proyecto es Evaluación y determinación de la categoría de conservación de la marsopa en el Noroeste de la Península Ibérica.

La razón de que no haya casi registros de marsopas en España se debe, según el experto, a que se trata de una especie difícil de observar por su comportamiento. "Nadan en grupos pequeños, son muy asustadizas y escapan de los barcos. Además también hay muy pocas", añade.

"Es una especie muy afectada por la captura en artes de pesca: un 50% de los ejemplares que aparecen muertos en la playa", asegura. Por eso, los investigadores consideran que es un cetáceo prioritario a la hora de analizar su población. "Probablemente los datos demuestren que es una especie en peligro de extinción, pero es como una evaluación médica para certificarlo", explica.

En la campaña, los expertos se valdrán de "un hidrófono de arrastre para ver los ejemplares que puedan estar sumergidos". También será la primera campaña específica en avioneta. Previamente, la Cemma hizo un seguimiento de las varadas de marsopas, recogida de datos a bordo de barcos de pesca y a través de 52 puntos de observación costera, que confirmaba que estaban más presentes en las Rías Baixas.