Los dos gallegos juzgados en Santo Tomé y Príncipe por el hundimiento en circunstancias sospechosas del buque furtivo Thunder el pasado 6 de abril declararon que tan solo "seguían ordenes", según recoge el medio local Téla Nón. Agustín Dosil Rey, natural de Muros, y Luis Miguel Pérez Fernández, nacido en Ribeira, están siendo juzgados junto al capitán chileno Luis Alfonso Rubio Cataldo por falsificación documental, daños al medio ambiente e imprudencia en el manejo del barco.

Durante el proceso, que comenzó hace una semana, también declararon los capitanes de los dos buques de la organización ecologista Sea Shepherd, que persiguieron al buque a través de tres océanos durante 110 días. Peter Hammarstedt (capitán del Bob Barker) y Sid Chakravarty (capitán del Sam Simon), intentaron convencer mediante imágenes y vídeos que el hundimiento del Thunder fue posiblemente intencionado. Las autoridades de Santo Tomé y Príncipe recordaron que en su día el barco había avisado que tenía intención de registrarse en el país y de hacer un transbordo de la carga de pescado que llevaba. Antes del hundimiento, miembros de Sea Shepherd consiguieron rescatar a los 40 tripulantes (entre ellos 30 indonesios) y subir a bordo. Allí rescataron una merluza negra (supuestamente pescada de forma ilegal en el océano Antártico), un portátil y documentación. Sin embargo, la organización también apunta que días antes observaron un incendio en la cubierta, en la que podrían haber quemado otros documentos.

Entre las declaraciones que realizaron al juez Patrick Lopes recogidas por el medio local Téla Nón, el capitán mencionó que tan solo "seguían ordenes".

Agustín Dosil Rey, jefe de maquinas, y Luis Miguel Pérez Fernández, segundo mecánico no son conocidos en las cofradías de las dos localidades de las que son oriundos. El capitán chileno, por su parte, fue sancionado por el Gobierno chileno por pesca ilegal a petición de Australia con una multa de 19,8 millones de dólares y una suspensión de su título por 18 meses, según medios locales. Otro de los tripulantes del barco, Luis Morales Mardones, fue multado con 1,1 millones. Ambas sanciones se produjeron cuatro días antes del hundimiento, según recoge El Mercurio. El Thunder, vinculado a armadores gallegos está entre los conocidos como seis bandidos, por pescar merluza austral en el Antártico .