Ricardo Villar es un armador de volanta cuya familia es propietaria de cinco barcos. Asegura que la flota volantera de Cedeira no tiene futuro si la Administración no aumenta las posibilidades de pesca.

-¿Cuál es la situación actual de los 31 volanteros gallegos?

-Penosa. Llevamos así ya tres o cuatro años. Con esta cuota ridícula de merluza no hay salida posible.

-¿Es suficiente la cuota de 35 toneladas anuales de merluza por barco para cubrir gastos?

-A tres euros el kilo solo hay que hacer una multiplicación: con cien mil euros de ganancias no llega para cubrir los gastos del barco y pagarle a los siete u ocho tripulantes.

-Usted declaró que la situación lleva al sector a mentir en la declaración de las capturas. ¿Desde cuándo se hace esto?

-Los hacemos durante todo el año desde 2010, cuando se repartieron las cuotas de merluza. Es algo que hacen todas las flotas pero no lo dicen.

-Los volanteros denuncian una presión inspectora excesiva como el sector de cerco. Usted declaró incluso que sus hijos vigilaban en el puerto para evitar los controles. ¿Cómo se puede llegar hasta esos límites?

-Invito a quien quiera a que vaya a cualquier puerto por la tarde y ya se da cuenta de todo. En unos van mujeres, en otros primos, hijas... Cada uno hace como puede.

-La Xunta afirma que desconocía su descontento y que la acampada que están realizando es ilógica. ¿Qué opina?

-Solicitamos el lunes una reunión con la conselleira. Pero la conselleira se reunió con todos los nuevos patrones mayores después de las elecciones y la nuestra, Lucía Villar, le transmitió el problema. De esto ya hace más de un año. En enero también tuvimos una reunión con el secretario general de Pesca, Andrés Hermida, para tratar este tema.

-La Administración les retiró los permisos para cambiar de modalidad. ¿Cómo les afectó esta medida?

-Nos permitía dedicarnos a los rascos (captura de rape) durante uno o dos meses más. Y eso por lo menos llegaba para ir tirando. Pero este año, por primera vez, nos lo denegaron sin dar más explicaciones.

-¿Cómo ve el futuro de la volanta?

-En Cedeira se acabó. Esto , si no cambia, no tiene futuro.

-¿Hasta cuándo acamparán frente a la Xunta?

-Hasta que el cuerpo aguante y nos den una solución.