Sentencia histórica contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (Indnr). Los tres acusados por el hundimiento del buque pirata Thunder en aguas de Santo Tomé el pasado mes de abril han sido multados con 15 millones de euros y condenados a penas de entre 32 y 36 meses de cárcel cada uno. Se trata del capitán chileno Luis Alfonso Rubio Cataldo y de dos tripulantes gallegos: el jefe de máquinas Agustín Dosil Rey (natural de Muros) y el segundo oficial de máquinas, Luis Miguel Pérez Fernández (nacido en Ribeira). Según informó a última hora de ayer la organización ecologista Sea Shepherd, que persiguió al barco durante la friolera de 110 días por tres océanos, la Justicia del país africano encuentra a los tres culpables de falsificación, contaminación, daños al medio ambiente e imprudencia.

El juicio comenzó en septiembre. Los tres acusados permanecieron bajo custodia desde entonces a espera del veredicto que se hizo público ayer. Entre las declaraciones que realizaron al juez Patrick Lopes, recogidas por el medio local Téla Nón, el capitán mencionó que tan solo "seguían órdenes". También declararon los capitanes de los buques de Sea Shepherd Peter Hammarstedt (capitán del Bob Barker) y Sid Chakravarty (del Sam Simon), que intentaron convencer al juez de que el hundimiento del Thunder fue intencionado, como sospechaban.

Los dos capitanes, así como el fotógrafo de la organización, Simon Ager, declararon durante diecisiete horas en Santo Tomé. Ager fue uno de los miembros de Sea Shepherd que pudo subir al barco antes de que se hundiese paulatinamente el 6 de abril. Allí pudo recoger pruebas, como una merluza negra (supuestamente capturada de forma ilegal en el Antártico), un portátil y documentación, además de observar como había compartimentos "abiertos intencionadamente" para favorecer la entrada de agua.

Hammarstedt declaró que aunque Santo Tomé y Príncipe carecía de jurisdicción para abordar directamente el caso de pesca ilegal en el Antártico, "mostró coraje y voluntad" en el caso de la falsificación de la licencia de pesca. "Al hacerlo, dan un ejemplo a otras naciones en todo el mundo en la lucha contra el problema endémico de la pesca Indnr", apuntó. Chakravarty elogió la "voluntad de Santo Tomé y Príncipe" en la "conducción de las investigaciones", así como a los organismos internacionales.

El Thunder, que tuvo varios nombres y banderas diferentes, es el más conocido de los llamados seis bandidos, buques que pescan de forma ilegal en aguas del Antártico gestionadas por la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos Antárticos (Ccamlr, por sus siglas en inglés). El 14 de diciembre del año pasado fue avistado por Sea Shepherd pescando en el banco de Banzare. En ese momento comenzó una persecución que duró 110 días a través de tres océanos. Tras el naufragio, en abril, la propia asociación ecologista tuvo que rescatar a los 40 tripulantes del Thunder.