De no ser una cuestión tan seria, especialmente para el segmento de flota de cerco de Galicia, diría que el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) se cachondea de los pescadores.

Sé que una cosa es la propuesta de los técnicos y otra, muchas veces muy distinta, la del Ejecutivo. Pero, de verdad de la buena, no entiendo que el cupo de xarda (o caballa) pueda ser reducido en 2016 en algo más de la cuarta parte. En concreto, un 26%, con un tope de 667.385 toneladas, teniendo en cuenta que la recomendación del citado organismo fluctuaba entre las 927.000 y 1.011.000 toneladas el año pasado.

¿Quién coño se ha comido la xarda, señores del ICES? ¿Me van a decir que es porque se ha pescado de más también en 2015? Que miren ustedes: un amigo mío tiene un licor denominado Cuturrús, que se sube a la cabeza de un modo sorprendente, pero ni jarto de tal licor puedo creer que lo que han capturado los profesionales de la pesca de este país gracias a los TAC y cuotas impuestos -y sin pensar en la reproducción de esos sabrosos animalitos que nadan y nadan y vuelven a nadar- dé para tales cuentas. Que sí, que también actúan los depredadores, es cierto. Pero, ¿tanto, señores del ICES? ¿O es que alguien se ha salido de madre y ha pescado sin declarar sus capturas? ¿Habrá un agujero en el fondo del mar, Matarile, por el que se cuelan los reclutamientos?

Tal vez sea ese mismo agujero el que permite a ustedes recomendar (qué gracia tienen, qué salero y hasta qué salmuera tienen ustedes) que el tope de jurel aumente en 2016 un 27% (¡¡¡un 27%, oigan!!!), pasando de las actuales 99.304 toneladas a unas ilusionantes 126.103 toneladas, que lograrían que los mortales de este lado del Atlántico pudiéramos pensar en al menos una xarda per cápita. Que no me lo puedo creer, miren ustedes, expertos del ICES, que creo que es un lujo que no podemos permitirnos.

Tanta mano abierta, ea, está permitiendo que mi cerrado cacumen se haga a la idea de que incluso es posible que lo que ustedes proponen sobre los TAC de anchoa para 2016 se convierta en realidad y se aumente en otro excelentísimo 12% -de 283.000 toneladas en este descamado 2015, a un venturoso (¡ole!) tope de 316.876 toneladas el año que viene- que incluso parece que se suman ustedes a las promesas electorales de esta España mía, esta España nuestra a la que un día cantó Cecilia.

Que no, que no logro entenderlo. Esa facilidad de ustedes para aumentar y reducir.