La volanta gallega ve su futuro muy negro. Los armadores advierten de que si la Xunta no logra un aumento de la cuota de merluza, tal y como les prometió a finales de septiembre, no tendrán más remedio que acudir a las ayudas para la paralización definitiva de la actividad. Y la esperanza en que el Ejecutivo de la comunidad cumpla y consiga ese incremento es poca. Representantes del sector y de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores se reunirán hoy con la Consellería do Mar para analizar la "complicada" situación de este segmento de flota.

"¿Soy sincero? Creo que Quintana no nos va a dar ninguna solución. Los contactos que hemos tenido con la Xunta en los últimos días no nos dieron mucha esperanza", explicó el armador cedeirense de volanta, Ricardo Villar, que inició la acampada de representantes de unas quince embarcaciones el pasado mes frente al edificio de la Xunta . Los volanteros denuncian desde entonces que la cuota con la que cuentan (de 35 toneladas anuales) es insuficiente para cubrir los gastos de la actividad y pagar a la tripulación de los barcos. Por ello, el sector advierte de que si la Xunta no consigue ese incremento del cupo, se verán abocados al desguace. "Es la única solución que vemos a nuestra situación. Y la verdad es que parece que la Administración busca precisamente eso, que cada vez haya menos flota en Galicia", indicó Villar, que criticó además el aumento de la partida para la inspección pesquera para el próximo año. "El control cada vez es mayor y nuestros cupos, menores. Buscan que desistamos, que abandonemos", denunció.

El armador cedeirense indicó además que el presidente de los pósitos gallegos, Tomás Fajardo, propuso a los armadores incrementar el precio del pescado para tratar de paliar la escasez de cupos. "Tendríamos que multiplicar por cinco la cotización actual. Tampoco es la solución", explicó.

La flota abandonó su protesta frente a la Xunta a finales de septiembre después de que Quintana les prometiese un aumento de cuota, pero avisa de que está dispuesta a realizar un amarre colectivo junto los armadores de cerco -que padecen también escasez de cupos de sus principales especies objetivo- para exigir un cambio en la distribución de las posibilidades de pesca. "Nuestra situación es totalmente diferente a la de ellos pero el objetivo es el mismo: conseguir un reparto justo de las cuotas", apuntó.

Villar recordó también el malestar que reflejan armadores de diversas flotas de pesca de litoral -como el cerco, el trasmallo, la volanta o el palangre- a través de grupos de WhatsApp y redes sociales. "La posibilidad de hacer un amarre en toda España sigue ahí. Hablamos pescadores de todos los puertos del Estado desde hace meses y no sé en qué acabará todo esto, pero la gente está cansada", sentenció.