Decepcionada. Así se siente la flota gallega de volanta tras el encuentro que mantuvo ayer con los responsables de la Consellería do Mar para tratar de solucionar un problema que padece la mayor parte del sector pesquero español: la escasez de cuotas. "Esperábamos que, aunque no nos resolviesen nada por ahora, al menos nos diesen esperanzas. Pero ni eso", declaró el armador Ricardo Villar, que apuntó que la Xunta les ofreció un incremento de la cuota de merluza (sin concretar ni la cantidad ni su procedencia), pero solo para lo que resta de año. "Ya les explicamos que el problema no son estos dos meses que quedan, sino los próximos años", explicó el armador.

Representantes de las asociaciones volanteras de España y de la Federación Galega de Confrarías pactaron con la Xunta además la creación de un grupo de trabajo, que tratará de buscar "soluciones y alternativas" a la única opción que sopesa actualmente la flota: el desguace. "No nos queda más remedio que acogernos a las ayudas para la paralización definitiva de la actividad. La situación está muy mal", añadió el volantero.

Villar inició la acampada de representantes de unas quince embarcaciones el pasado día 21 de septiembre frente al edificio de la Xunta, protesta que abandonó casi una semana después tras la promesa del Ejecutivo gallego de conseguir más merluza. Los volanteros denuncian desde entonces que la cuota con la que cuentan (de 35 toneladas anuales) es insuficiente para cubrir los gastos de la actividad y pagar a la tripulación de los barcos. La flota no entiende, además, que haya países a los que les sobran posibilidades de pesca. "Los barcos de Francia tienen 900 toneladas anuales y solo han consumido 140. No puede ser", indicó Villar que, en parte, entiende a la Consellería. "Sé que Mar no puede hacer nada, que es en Madrid donde se tienen que gestionar estas cosas. Pero que hagan algo ya", exigió.

Ante esta situación, los volanteros esperan ahora la decisión que puede tomar hoy la flota de cerco, que debatirá en una asamblea la posibilidad de realizar un amarre. "Los apoyamos en todo. Si deciden parar los barcos, hablaremos. Y si nos tenemos que unir, nos uniremos para hacer más fuerza", zanjó Villar.