El efecto que los trabajos de las petroleras en las zonas marítimas tienen sobre la pesca son devastadores, según citan diversos estudios publicados. Uno de los casos más significativos es el de la industria atunera de Namibia, uno de los caladeros más importantes del mundo en el que las empresas gallegas también están muy presentes. Allí, la pesca de esta especie migratoria se redujo en un 75%, según recogía la publicación especializada Undercurrent News hace justo un año.

En el año 2011 las capturas de atún en el país africano fueron de 4.000 toneladas. Tan solo dos años más tarde esta cifra se redujo a 650. Los culpables, según reportaron desde el sector, habrían sido los trabajos de las petroleras en las aguas namibias, que en la actualidad son muy intensas.

De igual forma se produjo una reducción de unos 600 empleos relacionados con el sector pesquero. "Un buque tiene alrededor de 20 miembros, por lo que en 2011, cuando había 39 buques, el empleo total de la tripulación era de aproximadamente 780 personas. Este se redujo a alrededor de 520 tripulantes en 2012 y a solo 180 en 2013", explicaba entonces Mateo Hambuda, presidente de la Asociación de Grandes Pelágicos y Merluza de Palangre.