El buque de asalto anfibio Galicia regresó ayer a la Base Naval de Rota (Cádiz), de la que zarpó el pasado 20 de abril, después de participar durante más de seis meses en la operación Atalanta de lucha contra la piratería frente a las costas de Somalia. Según informó el Cuartel General de la Flota, esta es la tercera vez, tras las operaciones de 2009 y 2010, en la que este navío de la Armada participa en esta misión que desarrolla la Fuerza Naval de la Unión Europea y se trata de la primera ocasión en la que ejerció como buque de mando de la operación, con un estado mayor multinacional a bordo.

El Galicia fue el primer buque de la Armada española en embarcar una unidad de aeronaves no tripuladas (RPAS), que junto con los helicópteros SH3D de la Quinta Escuadrilla desarrollaron labores de vigilancia y reconocimiento frente a las costas de Somalia. Durante la operación Atalanta, el Galicia proporcionó escolta a buques mercantes pertenecientes al Programa Mundial de Alimentos de la ONU, así como protección al tráfico marítimo que transita por el golfo de Adén.

El navío de guerra también realizó numerosos reconocimientos a lo largo de la costa norte y este de Somalia y ayudó a conocer el patrón de vida de la zona marítima y a recabar información sobre la piratería. Para ello, desde que salió de Rota, navegó 188 días, recorriendo unas 30.000 millas náuticas en aguas del océano Índico.