Un estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas señala que en el 40% del comercio de atunes hay "fraude" y que un 90% de esas prácticas consiste en ofrecer como atún rojo producto que pertenece a otras especies. El otro 10% corresponde a un "fraude inverso", vender atún rojo como si fuera otra especie, debido a que procede de la pesca ilegal.