La coexistencia de la actividad pesquera y petrolera es defendida desde Bruselas. Pese a las críticas de los armadores desde el primer momento en que se anunciaron las intenciones de Irlanda de explotar sus aguas, el comisario de Pesca, Karmenu Vella, cree que los buques que faenan en Gran Sol no se verán afectados por la búsqueda de crudo. A su juicio, son dos trabajos que "pueden ir de la mano", por lo que la CE no prevé "mecanismos para compensar a los pescadores".

Esta opinión, explicada esta semana en una respuesta a una pregunta parlamentaria del eurodiputado Josu Juaristi (con la mediación de Ana Miranda, del BNG), choca con las quejas del sector pesquero. Los 69 buques gallegos que trabajan en la zona se sienten "acorralados" por una actividad petrolera en aumento y que, según diversos estudios, afecta de forma considerable a las especies y hábitats.

Las críticas no se quedaron en meras declaraciones. La flota gallega envió un escrito al director general de Ordenación Pesquera, Carlos María Larrañaga, para que el Gobierno actúe y defienda al sector en Bruselas. Por el momento, el efecto ha sido nulo tras las nuevas licitaciones irlandesas. Una situación que empeora para la flota gallega, también acorralada en Malvinas y NAFO.