El episodio tóxico que amenazaba las rías gallegas se ha diluido y solo una docena de polígonos bateeiros permanecen cerrados. Nueve de ellos están en la ría de Pontevedra, Baiona y Corme, donde estos paréntesis son la nota dominante a lo largo del año.

Los otros tres están en la ría de Vigo, precisamente la que durante los últimos días presenta una actividad extractiva más intensa, ya que dispone de otros nueve operativos y, según cuentan en el sector, su mejillón goza de extraordinaria calidad en estos momentos.