Los pescadores europeos y las organizaciones ecologistas DSCC y PEW dejaron claras esta semana sus discrepancias sobre el estado de la pesca en aguas atlánticas del norte (como Gran Sol) y sobre las medidas más adecuadas para regularla en casos como el arrastre. En concreto, sobre la prohibición de pesca en aguas profundas más allá de los 800 metros alentada por el Consejo de la UE, que Cepesca critica y las ONG defienden.