Dispuestos a considerarla. Y siempre que se produzca un mayor consenso.

Doña Isabel García Tejerina, a la sazón ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, dixit. Es decir, el cerco gallego todavía no tiene totalmente perdida su batalla contra la escasez. Pena que no se produzcan elecciones cada trimestre, con lo fácil que resulta lograr buenas palabras de los partidos políticos y sus militantes más preclaros.

Ignora -supongo que intencionadamente- la señora ministra del ramo, que en las negociaciones para el reparto de cuotas no están presentes los que verdaderamente representan al sector cerquero (por más que uno considere que las cofradías son las que aglutinan al sector). En la mesa de debate están el Ministerio (a través de la DG Pesca), las Comunidades Autónomas y la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, entre otros organismos y entidades. Pero no sé si son estas las voces que más defienden a aquellos que en el mar padecen las consecuencias de la inexistencia de cuotas de pesca para todos. Ni los que, en tierra, plantan tiendas de campaña para decir que hay que llegar a un reparto más justo de estas cuotas. Tal vez esto sea lo que la ministra no quiere oír. Como tampoco resultará agradable a la conselleira de Pesca de la Xunta de Galicia ver esas setas multicolores que, desde hace ya una veintena de días alegran los jardines de San Caetano.

Quedémonos con la predisposición de la ministra a dialogar y trabajen el consenso mayoritario. Tal vez así, demostrado que la Comisión Europea no va a entrar al trapo, el año 2016 pueda ser de amplio espectro igualitario y sin necesidad de proclamar la desconexión de la república de la Pesca del Cerco del Ministerio de la señora Tejerina. Porque aquí se obedecen las leyes y se respetan (¿o no?) los derechos y deberes de cada barco, de cada tripulante. Sin más historias. Sin más históricos.

Y porque peixe hai para dar y tomar. Y ganas de pescarlo, también. Y lo van a decir, alto y claro, en Santiago, el día 15, algunos miles de ciudadanos de la Galicia marinera y pescadora. Esos a los que la canción popular señala cuando dice "No hay quien pueda, no hay quien pueda, con la gente marinera, marinera, pescadora, no hay quien pueda POR AHORA".

Pescar es lo que quieren. Y que los barcos dejen de ser objeto de deseo para las chatarreras. Así que, señora ministra, un paso avante y despliegue las velas de su simpatía -que la tiene- para reconducir un organismo -la Secretaría General de Pesca- que hasta ahora ha parecido pelín sieso a una gente marinera, pescadora, con la que no se puede por ahora.

Bruselas queda en el zurrón. Pero hay que seguir hablando de los que piden soluciones. Aunque sea a través de un silencio que atruena a poca distancia del apóstol del Trueno.