Me lo expliquen, oigan: barcos integrados en Acerga facturaron por valor de 60.000 a 90.000 euros el año 2012. Tres años más tarde, esos mismos barcos, cuyos armadores y tripulantes cumplen un mes de acampada en los jardines compostelanos de San Caetano, están facturando por más de 600.000 euros.

Cómo lo han conseguido es algo que la conselleira do Mar, Rosa Quintana, no ha explicado. Pero está claro que alguien miente aquí.

Es difícil creer que, dadas las restricciones y, sobre todo, los controles de los distintos servicios de inspección y vigilancia pesquera en el cumplimiento de las normas comunitarias y de la secretaría General de Pesca, los cerqueros de Acerga hayan podido multiplicar por diez lo que habían capturado tres años atrás. Máxime teniendo en cuenta los recortes habidos en las cuotas de todas y cada una de las pesquerías de las que vive el subsector antedicho.

Pero hay más, ha dicho la conselleira Quintana: los socios de Acerga, han rechazado las 500 toneladas de jurel contempladas en las nuevas posibilidades de pesca logradas "excepcionalmente" por la Secretaría General de Pesca, y también se han negado a aceptar un escrito por el que la citada Secretaría ofrecía por escrito un diálogo con todas las partes cuando haya finalizado la campaña actual para hacer un análisis del plan de gestión vigente, algo que llama la atención porque lo que el cerco quiere es negociar un nuevo sistema de reparto más justo. ¿Será que la SG Pesca no admite modificar dicho reparto y por esto los socios de Acerga no han asumido tal ofrecimiento? Si no ha sido así, tendrán que "hacérselo mirar", porque no lo entiendo.

Y el broche de la conselleira Quintana: la Comisión europea oferta un incremento del 27% en la cuota de jurel para la zona VIIIc (zona de A mariña lucense) y de un 15% para la zona de Fisterra y sur de esta.

Miel sobre hojuelas.

¿Por qué, entonces, la cerrazón de Acerga al acuerdo para levantar las tiendas de campaña y el amarre de la flota? ¿Son tan obtusos como para aceptar que sus capturas han mejorado sustancialmente y que cada barco -o al menos muchos de ellos- han logrado ventas por valor de 83 millones de las antiguas pesetas en este año, cuando en 2012 no superaban los 15 millones de pesetas?... ¿Están tan obcecados los cerqueros como para rechazar sentarse a la mesa con la Secretaría General de Pesca y tratar de hallar una salida negociada al actual sistema de reparto de cuotas, teniendo en cuenta además los incrementos para la pesquería de jurel (de la que viven en un 80%) que van del 15 al 27% para el próximo año?

O yo no lo entiendo o los cerqueros de Acerga son malos, muy malos, y quieren hacerle pupita al Gobierno en su camino a la reelección a partir del 20 de diciembre. ¿O es que se pretende profundizar en la tradicional división entre la gente de mar?

Abofé que no lo comprendo.