Los 120 barcos que integran la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia volvieron ayer al mar tras más de tres meses de amarre y protestas contra el reparto de cuotas pesqueras. Lo hicieron tras levantar, el domingo, la acampada que montaron el pasado 22 de octubre frente a la sede de la Xunta en Santiago. Un período de tiempo que ha supuesto unas pérdidas económicas millonarias tanto para los armadores como para todos los sectores -desde rederas a frigoríficos- que dependen de este segmento de la flota. La asociación -mayoritaria en el cerco gallego- asegura, no obstante, que sus reivindicaciones continuarán por la vía judicial, y ya preparan un recurso contra el plan de gestión del caladero Cantábrico Noroeste. Las mujeres de armadores y marineros anunciaron el domingo, por otra parte, que recogen el testigo de su lucha contra el actual reparto de cupos en el caladero Cantábrico Noroeste, basado en registros de capturas históricas, y en demanda de una distribución lineal.