Algo ocurre en la Consellería do Mar para que, de repente y como si se encendiesen todas las alarmas, el personal se haya puesto manos a la obra para explicar lo que, hasta ahora, nadie intentó dar a conocer a los afectados: el contenido exacto del anteproyecto de la Lei de Acuicultura de Galicia.

Demasiadas páginas y mucha literatura para un personal que en su mayoría no tiene el tiempo suficiente para leerlas, ni -y perdón por la crudeza- los conocimientos legales y de biología marina que se supone han de poseer quienes deben presentar las alegaciones que atenderá, o no, la propia Xunta.

El anteproyecto está ahí. Paralizado, de momento, que no retirado, como bien dijo y dio a entender Rosa Quintana, la conselleira do Mar a quien buena parte del sector marisquero dejó con su plan. El sector le sirve para participar hoy como relatora en la conferencia internacional Asesoramiento Económico en la Gobernanza Pesquera, un debate a tres bandas entre ciencia, Administración y sector.

La conselleira ha sido invitada al evento por la dirección general de Asuntos Marítimos y Pesca de la UE (DG Mare). Tiene experiencia y se le suponen conocimientos. Pero el sector -una de las patas de ese diálogo a tres bandas- no es su fuerte. O no parece que lo sea si se mira el cúmulo de protestas o expresiones de rechazo en los últimos tiempos, desde los planteamientos de los xeiteiros, pasando por los volanteros, el cerco, artes menores, mariscadores y bateeiros.

Es como si Quintana buscase coleccionar "protestantes" (no religiosos, sino críticos con sus decisiones). Y uno quiere imaginar que no es lo que busca. Tampoco que los que protestan lo hagan porque sí, sino porque hay motivos.

Por ello no se entiende que, siendo decidida defensora del diálogo, se empecine en no hablar con el sector al que representa y al que se referirá en una sesión en la que hablará de las implicaciones socioeconómicas de la gestión pesquera en el modelo de gobernanza de Galicia, basado en el análisis socioeconómico de las pesquerías, entre ellas pesca artesanal y marisqueo.

A ver cómo aborda la problemática de su departamento, con protestas y acampadas de los volanteros y cerqueros por falta de cuotas, de las mariscadoras, las rederas y los bateeiros, para enfocar las cuestiones del asesoramiento económico usado en la gestión de la pesca en una comunidad que se ha sentido desatendida por quien debiera de haber dado la cara por un sector que exige ser defendido adecuadamente.

Los jardines de San Caetano pesan lo suyo como referente.