Mientras exista quien se aferre al cargo como una lapa a la roca, no habrá quien lleve la renovación a determinados cargos del sector pesquero. Estos, curiosamente, se hacen efectivos tras una votación en la que la mayoría vota a favor del aspirante; pero este no abandona su cargo electo por más que otra mayoría intente removerlo.

Paralelamente a ese aferrarse a un puesto de libre elección como es el de presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, ha citado a las mujeres de marineros, rederas y mariscadoras de Acerga para el próximo jueves. Quiere cumplir con su promesa de reunirse con estas mujeres, expresada en un momento de incertidumbre en Muros. Una llamada tardía, para las bravas féminas herederas de todas las esencias reivindicativas de las mujeres gallegas, que consideran que la entrevista del jueves no va a ser sino una puesta en escena, un decir sin palabras "Aquí estoy, cumpliendo", pero que no va a arreglar nada en este momento porque tampoco está en manos de Rosa Quintana cambiar el sistema de reparto de cuotas, enhebrar los hilos del reparto justo para que todos los pescadores gallegos -y de la cornisa cantábrica- puedan pescar y vivir en idénticas condiciones, sin caralladas históricas y sin prevalencias del tres al cuarto.

Las mujeres de Acerga quieren seguir la senda marcada por los que, durante tres meses, gritaron en silencio sus fríos y sus desesperanzas en las tiendas de campaña de los jardines de San Caetano. Esos fríos y desesperanzas que, en la Federación Galega de Confrarías -al igual que en la Consellería do Mar- tampoco escucharon a pesar de que los medios de comunicación se hacían eco cada día de lo que acontecía a menos de cien metros del edificio administrativo de la Xunta en el que la Consellería de doña Rosa Quintana tiene su espacio.

Armadores y marineros han vuelto a la faena (y es un decir, con estos días de terrorífico mal tiempo en la mar); pero sus mujeres -esposas, hijas, madres- y las rederas y mariscadoras siguen ternes en sus planteamientos: un reparto justo de las posibilidades de pesca. Una distribución igual para todos. Quisieran que la entrevista del jueves, 18 de febrero, con la conselleira do Mar fuese un vehículo que les permitiese llegar, con los papeles en regla, hasta el mismísimo secretario general de Pesca en funciones para exigirle que, antes de -presumiblemente- despedirse del cargo, firme un nuevo reparto de esas posibilidades de pesca que existen y que en el sector no haya beneficiados o protegidos.

Que no se haga la lapa, que no se aferre a lo mal hecho como si tuviese pegamento en las manos.