Las fuertes lluvias que trajo consigo la semana pasada el temporal que asoló toda Galicia, y que amainó ayer, causan estragos también en el mar. Las embarcaciones de litoral solo salieron a faenar el jueves (aunque no todas, dependiendo del puerto), y los armadores calculan unas pérdidas de 600 euros por día no trabajado y barco. Un perjuicio que consideran irrecuperable porque se encuentran en los meses decisivos del año en cuanto a capturas y precios.

El presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), José Luis Rodríguez, explica que el sector no llegó a trabajar durante los cinco días de la semana en lo que va de año. "En esta época los precios siempre están al alza y si no se puede pescar, se pierde gran parte de la facturación del año", indica Rodríguez. En estas fechas, las embarcaciones que salen a faenar son las que pescan con nasas, betas, palangrillo y miños, además de los mariscadores (que tampoco salieron todos los días) y los que se dedican al erizo o la navaja (que son los menos afectados por la meteorología).

Los buques de nasas que capturan pulpo están entre los más perjudicados. "Si el kilo de pulpo está a una media de seis euros, y un barco puede capturar unos 100 kilos al día, dejan de ganar 600 euros por cada día que no salen a trabajar", explica el presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, Tomás Fajardo. El también patrón mayor de Porto do Son -uno de los pósitos gallegos en las que el pulpo tiene mayor peso- afirma que se trata de una situación "complicada", tanto para los pescadores como para las cofradías que gestionan las ventas en lonja. "La pesca con nasas es muy difícil por los lances, por lo que el tiempo influye mucho, apunta Rodríguez. Lo mismo sucede en el caso de las betas, otro arte de enmalle que captura especies como la merluza, la xarda o el jurel, y perdió una media de "500 euros por barco".

Fajardo reclama medidas económicas para compensar las paradas por mal tiempo. "Antes había un seguro para estas situaciones, pero era muy difícil reunir todas las condiciones para recibir el pago", relata. Aunque el presidente de la federación aclara que los temporales se dan todos los años, "y sin ellos no tendríamos la riqueza marina que tenemos".

Los que se dedican al arte de los miños -el más abundante de Galicia- dejaron de ganar una media de 700 euros. "Es muy peligroso salir con redes de enmalle con este tiempo", sentencia Rodríguez, que añade que, además de no poder trabajar, los pocos días que lo hacen se pierden y rompen muchos aparejos. "A este gasto hay que sumarle los que tenemos de Seguridad Social y demás cada mes", lamenta.

En el sector de cerco, un día sin trabajar se paga caro. Cada vez que uno de estos buques, con unos 10 tripulantes cada uno, no salen a faenar -lo hacen cuatro días a la semana- pierden entre 2.000 y 3.000 euros, pero por ejemplo, los cerqueros de Sada solo pudieron salir un día durante la semana pasada. "El mal tiempo no nos da tregua y hay poco pescado en el mar", explica el patrón mayor de Sada y portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia, Andrés García. Una situación especialmente grave si se tiene en cuenta que el cerco ya permaneció amarrado durante el último trimestre del año pasado para protestar contra el reparto de cuotas.