Una carta remitida el pasado día 23 a unos 300 directivos del sector acuícola por la Consellería do Mar ha sido la piedra de toque: se anula el borrador de Lei de Acuicultura y se retira de la exposición pública. La decisión hace que los partidos políticos de la oposición, como AGE, consideren que "deslegitima" a la conselleira Rosa Quintana y que tal retirada es "poco presentable".

En palabras del inolvidable Groucho Marx, "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros". Porque esto es lo que el sector espera: que sólo sea una tregua pre-electoral y que, en caso de que el actual partido en el gobierno de la Xunta, vuelva al ataque. Por esto, precisamente, se mantiene la convocatoria de manifestación el sábado próximo, aunque sea contra viento y marea, en Santiago. Una manifestación, según las previsiones de los convocantes, que será la más importante de cuantas se han llevado a cabo en Galicia por parte del sector pesquero y marisquero.

"Cuando doy una palabra, la cumplo", dijo en la TVG la conselleira Rosa Quintana al anunciar públicamente la orden de retirada de la exposición pública del borrador de ley. "Que se olviden, porque no se va a tramitar ningún borrador de ley de acuicultura en Galicia", anunció.

Lo que a uno le lleva a otra frase de Groucho Marx: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".

Tal diagnóstico no es sino el lamento de Quintana cuando dice que el sector la conoce desde 1987 y, a pesar de ello, "se ha dejado llevar por las mentiras" difundidas sobre los contenidos del anteproyecto de ley.

Previamente, la conselleira do Mar había manifestado sentirse "legitimada" y dispuesta a seguir en su cargo. Pero entre los afectados por esa ley que no llegó a ser tal, hay quien opina que "quieren poner en tierra lo que no les permitimos en el mar: acuicultura multitrófica. ¿A dónde irán a parar los residuos?".

Para el propio sector, "esta retirada suena a victoria, pero hay que mirar un poco más allá del árbol para cerciorarse de que no hay un bosque detrás de él".

La presión del sector no incide exclusivamente en esa fallida Ley de Acuicultura de Galicia. Abarca -y la manifestación del sábado así lo confirmará- otros ámbitos del mundo de la mar: la problemática de las rederas (aún por resolver), la indefinición del futuro de los cerqueros y los repartos de cuotas de pesca, los descartes, la vigilancia exhaustiva que el marinero considera acoso por parte de los encargados de aplicarla, la eliminación de TAC para las artes menores...

Demasiadas cosas para un sector atomizado al que se ofreció el oro y el moro mediante créditos o ayudas económicas relativamente fáciles y que en la actualidad son armas que se vuelven contra él y conduce inevitablemente a los bancos, a los juzgados, a los desahucios, a la ruptura de la vida familiar y a nuevas elecciones autonómicas (tal vez también generales) en las que cada hombre, cada mujer de la mar, tienen un voto.