La Xunta no tiene intención de ampliar las ayudas por paralización temporal de la actividad del sector marisquero a pie.

La postura de la Consellería do Mar supone, según afirmó recientemente el portavoz de pesca del grupo socialista en el Parlamento gallego, José Ramón Val, una "discriminación" para el sector, al que se impide de este modo paliar las pérdidas ocasionadas por paros imprevistos. Y, sin embargo, hay quien también quiere ver en la decisión una especie de "castigo" por el rechazo del sector a la Lei de Acuicultura de Galicia retirada por el Gobierno gallego como respuesta a la presión que los mariscadores han ejercido -y ejercen- en un evidente y franco rechazo a la misma.

Pareció objetivo el diputado socialista cuando habló de discriminación, porque sí se mantienen las ayudas al marisqueo a flote por las mismas causas, cuestión que no parece ser de recibo si no hay una explicación lógica al por qué se retiraron esos fondos hasta ahora concedidos a los mariscadores de a pie mientras que sus compañeros de marisqueo a flote ven cubiertas sus necesidades en caso de que se paralice temporalmente su actividad.

El marisqueo a pie en las tres provincias marítimas gallegas es una salida económica y social para miles de mujeres y hombres que, en ocasiones, se ven imposibilitados de poder faenar en los arenales por problemas que ellos no provocan y que, sin embargo, pueden causar terceras personas, además de los que traen por sí mismas las mareas rojas o el exceso de lluvias, los temporales, etc.

El mantenimiento de la actividad extractiva en el marisqueo no depende del mariscador, como muy bien sabe la Consellería do Mar. Incide en él el mal estado de las zonas de producción o, como ha ocurrido recientemente en la ría de Arousa, la aparición del parásito marteilia, que provoca desde el año 2012 un alarmante descenso de capturas y la consiguiente disminución de ingresos, como apuntó el propio José Ramón Val.

¿Qué puede ocurrir, dado el planteamiento negativo de la Xunta a la concesión de ayudas propias por la paralización temporal del marisqueo a pie, si se produce un episodio de vertido -un sentinazo- al mar y no se localiza el barco que lo ha provocado? ¿Qué respuesta dará el gobierno gallego a esa circunstancia adversa y relativamente habitual en Galicia que es el arrastre de tierras y cenizas de montes quemados por las lluvias torrenciales y cuyo acumulo en las zonas de marisqueo asfixia al marisco? ¿No se está condenando a todo un sector a pagar las consecuencias de aquello que los mariscadores a pie no pueden controlar, y que ni siquiera la Xunta puede evitar?

Es seguro -quiero creer que es así- que la Consellería do Mar no toma represalias contra aquellos que se han negado a aceptar su propuesta de Lei de Acuicultura de Galicia. Pero la reciente decisión de no ampliar las ayudas propias por la paralización temporal de la actividad al sector del marisqueo a pie se parece bastante. Al menos, mientras el Gobierno gallego no aclare por qué se les retira a unos ese tipo de ayudas y a otros se les mantienen. Y no vale que digan que los mariscadores a flote son menos.

¿Pueden explicar el lío?