La Comisión Europea sacó ayer tarjeta amarilla a Sierra Leona, Kiribati y Trinidad y Tobago y amenazó con imponerles sanciones comerciales si no adoptan en los próximos seis meses medidas eficaces para luchar contra la pesca ilegal en sus aguas y no resuelven las deficiencias de sus sistemas de control.

En el caso de Kiribati, las preocupaciones del Ejecutivo comunitario se basan en la capacidad de las autoridades para controlar la actividad pesquera de embarcaciones de terceros países. Además, Bruselas lamenta la poca disponibilidad a compartir información de los barcos que operan en sus aguas.

En lo que se refiere a Sierra Leona, la CE defiende que su normativa sobre gobernanza pesquera está desactualizada y que las sanciones no consiguen disuadir a los operadores internacionales que faenan bajo la bandera del país sin conocimiento de las autoridades. Asimismo, Bruselas indica que el número de licencias concedidas excede los recursos disponibles.

Flota sin control

Con respecto a Trinidad y Tobago, el Ejecutivo comunitario también asegura que dispone de una importante flota que opera internacionalmente donde las autoridades no controlan y no inspeccionan las embarcaciones extranjeras. También critica el "pobre" sistema de trazabilidad.

Por contra, la CE decidió levantar la tarjeta roja enseñada a Sri Lanka después de comprobar que ha mejorado "significativamente" su gobernanza pesquera a través de medidas legales para fortalecer las sanciones y fortalecer el control sobre la flota. En este contexto, Bruselas recordó que prosigue el diálogo con las autoridades de Tailandia, después de que fuese amenazada con una tarjeta amarilla por su "inadecuado marco legal" y por su "pobre supervisión, control y sistemas de trazabilidad" del país.