Tiene razón doña Rosa Quintana, conselleira do Mar en la Xunta de Galicia, cuando defiende ante la UE -como hizo recientemente- la importancia del desarrollo de estudios científicos rigurosos para lograr el incremento de las cuotas de pesca para Galicia. Pero ya le gustaría al arriba firmante que tal defensa fuese planteada ante sus homónimos de Cantabria y País Vasco y, sobre todo, ante el secretario general de Pesca, don Andrés Hermida. De paso, que lo hubiera debatido con el sector de la bajura -particularmente cerco, volanta y artes menores- mientras se concentraban con sus tiendas de campaña en los jardines compostelanos de San Caetano.

Porque es de suponer que esa especie de caída del caballo para ver claro el camino a seguir no se ha producido en estos días y, específicamente, para relatar la película en la capital belga en una jornada en la que, además del relatorio citado, Rosa Quintana se ocupó de contar la batalla del saneamiento de las rías -batalla pendiente, diga lo que diga- y los trabajos de regeneración. "Se ha logrado la mejora de 33 zonas de producción, que se corresponden con 885 kilómetros cuadrados de bancos marisqueros y 607 bateas", dijo. No citó, obviamente, el estado de las rías de Ferrol y O Burgo, ni los derivados de los "bichitos" de la ría de Arousa.

Aquí, en tal defensa, radica el principio fundamental -a mi juicio- de esa entelequia comunitaria que es el denominado Crecimiento Azul, una estrategia que promueve la diversificación de la economía marítima, la coordinación de los puertos para ampliar tráficos y actividades y generar empleo y riqueza (largo me lo fiais) en las zonas costeras a través de los Grupos de Acción Local del sector pesquero.

Las explicaciones de la conselleira, muy estimables, plantean un futuro casi idílico para la Galicia del año 2020. El eje de esta apuesta de futuro para el sector pesquero gallego no es otro que el Plan de Acción de la Pesca Costera Artesanal de Galicia que la Xunta va a implantar este año con medidas esenciales como "priorizar esta flota para el acceso a los 158 millones de euros del Eje del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca de Fomento de la Pesca Responsable".

¡Ay!

La conselleira busca con obstinación el relevo generacional en la pesca de litoral y en el marisqueo con el aporte de 6,3 millones de euros; las instalaciones de producción de simiente a través de fondos procedentes del eje de acuicultura del FEMP; la mejora de la comercialización de los productos del marisqueo (erizo, percebe o navaja) y avanzar en el identificación y distinción de los productos "dando un impulso a las marcas de calidad como PescadeRías y las denominaciones de origen".

Pues qué bien. Y todo esto con un fondo de Fomento de la Pesca Responsable, otra entelequia por la que no se permite pescar caballa, y ya veremos qué pasa con la anchoa y la sardina.

Ah, sí: "La actuación decidida de España contra la pesca ilegal nos convierte en referente mundial". Andrés Hermida dixit. Otra muesca en la culata.