La abundancia de anchoa (o bocarte) en el Cantábrico, que auguraba una gran campaña para los 50 cerqueros gallegos que se desplazaron a estas aguas, se ha convertido en un problema, ya que la excesiva oferta ha provocado el desplome del precio de la especie y el colapso de los puertos del golfo de Vizcaya. Ante esta situación, la flota plantea medidas como rebajar los topes de pesca o incluso reducir los días de trabajo para intentar aumentar el valor del pescado en las lonjas.

El mayor problema, indica el sector, es que se trata de ejemplares demasiado pequeños -entre 30 y 40 centímetros- para lograr buenos precios para su consumo en fresco y demasiado grandes para su venta a la industria conservera -que utiliza pescado menor de 35 centímetros-. Esta suma de factores acentuó la caída del valor del bocarte. El kilo de esta especie, que llegó a alcanzar los seis euros hace dos semanas, se vende por 30 céntimos en la actualidad.

"Las lonjas no pueden absorberlo todo, pescamos hasta los topes", admite el presidente de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), José Blanco, que indica que en los puertos del caladero se descargan un millón y medio de toneladas al día. "A este ritmo, la cuota no durará mucho, ya debimos consumir casi la mitad", explica Blanco.

España y Francia se reparten la cuota de anchoa en el Cantábrico, que asciende a 25.000 toneladas para 2016. Mientras la flota española recibe el 85% (21.250 toneladas), Francia se queda con las 3.750 restantes. España estableció un tope diario de 10.000 kilos para los barcos más grandes y 8.000 para los de menor tamaño durante el primer semestre del año, cuando pueden consumir el 90% de su cupo.

La flota permaneció amarrada ayer tras constatar que el exceso de anchoa provoca problemas en las lonjas del golfo de Vizcaya. El suministro de servicios como hielo o cajas se ha visto afectado y el puerto de Ondarroa llegó incluso a suspender las ventas el miércoles, según recoge el diario vasco Deia.

Las federaciones de cofradías de las comunidades del Cantábrico se reúnen este fin de semana para buscar una solución a estos problemas, según confirmó el presidente de los pósitos gallegos, Tomás Fajardo.

Aumento de cuota

Mientras, representantes del sector español y francés, agrupados en el Consejo Consultivo Regional para las Aguas Occidentales Australes (CC Sur), decidieron ayer que solicitarán a la UE un aumento de cuota, hasta las 33.000 toneladas.

"Dado el óptimo estado de la especie, estoy seguro de que nos lo concederán", aseguró el portavoz de Acerga, Andrés García. El nuevo acuerdo mantendría el mismo reparto entre los dos países, más una cesión de 100 toneladas a la flota francesa.

Los armadores de cerco que permanecen en Galicia observan con preocupación la temporada de anchoa, ya que temen que el exceso de capturas llegue a perjudicarles cuando la especie alcance las costas gallegas, como sucedió en el caso de la caballa para la flota de artes menores. "Estamos a finales de abril. Si se suspende la campaña de la anchoa, ¿de qué vamos a vivir hasta que lleguemos a fin de año?", lamenta un marinero de Malpica. El sector no atraviesa un buen año debido a los numerosos temporales que mantuvieron amarrada la flota y la escasez de capturas y cuotas.