La flota de cerco del Cantábrico, a través de la Organización de Productores del Cantábrico Noroeste (Opescantabrico), decidió ayer rebajar los topes de capturas de anchoa ante la abundancia de la especie, que llegó a colapsar los puertos del golfo de Vizcaya y provocó un desplome en los precios. Los barcos de más de 120 toneladas de arqueo (GT) podrán descargar hasta 6.000 kilos, mientras los de menor tamaño tienen un límite de 5.000. Los topes anteriores eran de 10.000 y 8.000 kilos respectivamente, por lo que la rebaja supone un 40%. Los armadores también acordaron recortar una jornada de actividad a la semana, de cinco a cuatro días, con la esperanza de que el descenso de la oferta aumente de nuevo los precios, que esta semana rondaron los 30 céntimos por kilo.

"Mantendremos estas medidas, por lo menos hasta que vuelva a aparecer anchoa grande", explica el portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García. El gran problema para el sector es que los ejemplares que captura en la actualidad son demasiado pequeños para lograr buenos valores de venta para el consumo en fresco y demasiado grandes para que los procese la industria conservera.

Representantes del sector español y francés, agrupados en el Consejo Consultivo Regional para las Aguas Occidentales Australes (CC Sur), también solicitarán a la UE un aumento de cuota de 8.000 toneladas. "Dado el óptimo estado de la especie, estoy seguro de que nos lo concederán", aseguró el portavoz de Acerga.