Con la flota artesanal de Costa da Morte en pie de guerra, con la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores dando paso para el relevo en sus órganos de decisión, con la nueva parada estacional para el pulpo y los problemas derivados de la absurda cuota de caballa y jurel y la problemática de la anchoa en el golfo de Vizcaya, al secretario general de Pesca, Andrés Hermida, no se le viene a la mente otra cosa que, en el ejercicio en funciones de su cargo, anunciar que presentará recurso contra la sentencia que da la razón a aquellos que han venido padeciendo las consecuencias de un mal reparto de cuotas auspiciado por la Secretaría General de Pesca, cuando esta no supo o no quiso decir que se equivocaba a los responsables del sector que dieron el pasoavante al acuerdo de reparto en el que priman los derechos históricos (a veces dan ganas de decir histriónicos) de unos barcos que supieron -y saben- aprovechar las más mínimas oportunidades para salir beneficiados a costa de aquellos otros que optaron por prescindir de la cantidad para quedarse con el futuro. Estos ajustaron al máximo las posibilidades de pesca mediante el establecimiento de topes de capturas y los otros cargaron barco y lancha sin pensar en los demás.

Esto lo sabía el responsable de Pesca, que no advirtió del mal paso que daban los afectados -entre estos algunos gallegos que ahora guardan silencio-. Y el responsable de esa Secretaría, en un ejercicio de carrera de pollo sin cabeza, intenta ahora que la sentencia judicial no surta efecto ante las instancias estatales y comunitarias y que todo quede como está porque, de no ser así, abandonará el cargo que ahora ostenta en funciones con el aplauso de muchos armadores y tripulantes que, ahora mismo, no entienden cómo el máximo dirigente del sector pesquero -tras la ministra- dice hallarse en funciones para corregir lo que clarísimamente está mal y, sin embargo, no le duelen prendas a la hora de anunciar que recurrirá una sentencia que, clarísimamente también, da la razón a aquellos que, tanto en Asturias como en Galicia, han denunciado unos hechos que los discriminan y, a mayor abundamiento, los perjudican ostensiblemente.

No es posible, ahora mismo, saber qué va a ocurrir con las elecciones generales del próximo 26 de junio, pero sea cual sea el resultado de las mismas, está claro que la inmensa mayoría de los pescadores de bajura de Galicia y el Principado de Asturias aplaudirá la salida del Gobierno de este que consideran poco o nada coherente secretario general de Pesca.

Cuando no se puede decidir por estar en funciones, como él mismo ha dicho más de una vez, que se guarde la decisión de recurrir la sentencia señalada por encontrarse en esa situación de interinidad. Salvo que considere el propio secretario general de Pesca que puede existir en su decisión alguna rentabilidad para el sector que a nosotros se nos escapa.