Los once acusados por la supuesta comercialización de vieiras intoxicadas extraídas de la ría ferrolana en 2011 negaron ayer, ante el titular del juzgado de lo Penal número 1 de Ferrol, la venta de este marisco, aunque tres de ellos reconocieron que lo adquirían para su consumo privado.

Los procesados son ocho hosteleros -una cocinera, un camarero ya jubilado y la gerente de un restaurante de Santiago, además de los responsables de negocios de hostelería en Bergondo, A Coruña y Ferrol- dos supuestos furtivos y un transportista. Los hechos ocurrieron entre febrero y junio de 2011, cuando las autoridades decomisaron unos 300 kilos de vieira que contenía la toxina amnésica ASP, muy peligrosa y que requiere de un proceso de eviscerado para ser eliminada. La legislación permite un máximo de veinte miligramos por kilo y en las unidades detectadas había entre 20,7 y 27,4, salvo en 94 de ellas, en las que la cantidad ascendía hasta los 57,5 miligramos.

La Fiscalía acusa a estas once personas de un presunto delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de géneros corruptos, por el que solicita diferentes penas de entre dos y tres años de prisión. La Xunta también está personada en la causa.

La sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña acogió ayer el proceso, que se desarrollará hasta el viernes, debido a la cantidad de encausados y la falta de espacio en los juzgados de Ferrol.

Todos los procesados optaron por contestar a las preguntas del Ministerio Fiscal a través de sus abogados, a excepción del hostelero de Bergondo, de iniciales M.A.C.M.

Este empresario, último en declarar ante el juez, admitió que adquirió 24 vieiras a otro de los acusados, pero explicó que las compró para una celebración familiar y desconocía el origen del producto. "En mi local se mueven unas 250 vieiras al día, una cantidad que aumenta los fines de semana, y en 27 años nunca hubo ningún caso de intoxicación", recalcó.

Otro procesado, R.C.T., también reconoció haber adquirido en alguna ocasión estas vieiras, pero expuso que eran para autoconsumo, al igual que el dueño de un bar de Ferrol, J.J.D.P.

Mientras, los demás acusados rechazaron haber comercializado vieira que no hubiese pasado los controles sanitarios pertinentes o haberse dedicado a la extracción de manera ilegal.