La Confraría de Pescadores de Malpica, al borde de la quiebra con una deuda que ronda los 300.000 euros, busca renegociar el pasivo con sus principales acreedores para evitar el cierre. Dentro de las gestiones para lograrlo, los responsables del pósito se reunieron esta semana con representantes de Portos de Galicia, organismo dependiente de la Consellería do Mar al que adeuda una importante cantidad en concepto de tasas portuarias, para intentar aliviar su situación económica. Fuentes próximas a la negociación explicaron a este diario que el acuerdo busca alargar los plazos de pago de la deuda -una quita o una condonación del pasivo son "inviables" por la negativa del ente dependiente de la Xunta-, una posible reestructuración que está "avanzada" para algunas partes del pasivo.

Tanto el patrón mayor del pósito malpicán, Pedro Pérez, como Portos de Galicia, evitaron dar detalles de las negociaciones, pero fuentes del organismo que preside José Juan Durán, sí confirmaron a este diario que intentarán dar todas las "facilidades" para que la cofradía pueda continuar con su actividad.

El Concello de Malpica participa como mediador en los encuentros para renegociar la deuda de la entidad, uno de los motores económicos de la zona. El pleno del Consistorio aprobó recientemente una moción para instar al Gobierno local a actuar para buscar soluciones y el regidor malpicán, Eduardo Parga, ya trabaja con ese objetivo.

El pósito también adeuda dinero a Hacienda, la Seguridad Social, proveedores y entidades bancarias, y parte del pasivo ya se encuentra en fase ejecutiva -cuando finaliza el periodo voluntario de pago-. La cofradía incumplió el anterior plan de pagos pactado con el Fisco, pero la Xunta ya anunció que aún podría renegociarlo. Representantes de Mar y del pósito volverán a reunirse esta semana.

Posteriormente, la entidad convocará a sus socios en asamblea para comunicarles el resultado de las negociaciones con Portos de Galicia, así como las siguientes medidas a tomar, pese a lo que ya tiene preparado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría a varios de sus empleados.

Pero los problemas de la entidad pesquera no acaban ahí. Su viabilidad económica no está garantizada si la flota de cerco -la mayor de este puerto en volumen de ventas y facturación- sigue descargando en el puerto de A Coruña, donde obtiene mejores precios. Aunque la directiva del pósito pretende convencerlos de que vendan con más frecuencia en la lonja malpicana, una parte de los armadores de cerco amenaza con dejar la entidad si no se realiza una auditoría de la deuda. Mientras, otro grupo de socios del pósito se niega totalmente a volver a vender a Malpica.