El Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) decretó en el último mes la apertura de 34 de los 52 polígonos de bateas de mejillón existentes en las rías gallegas -el 65% del total- tras comenzar a remitir la biotoxina o marea roja, que a comienzos de junio obligó a clausurar todos los viveros existentes en aguas de la comunidad.

La apertura fue progresiva y se intensificó durante la última semana de junio. Los últimos polígonos de bateas en abrir, el martes, fueron dos de la ría de Muros y Noia y uno de la ría de Vigo, según los datos del Intecmar.

En la actualidad tan solo permanecen cerradas las dos zonas de cultivo de Sada, la de Baiona, las ocho de la ría de Pontevedra y otras cuatro de la ría de Vigo, algunas de ellas en esta situación desde el pasado mes de marzo. También continúa vedada la extracción en el polígono de bateas de Corme, clausurado desde 2013.

Mientras, la disminución de las biotoxinas permitió reabrir algunas de las zonas de extracción de moluscos infaunales (como almeja, navaja, berberecho o longueirón), con lo que ahora mismo solo nueve de los 36 bancos de estas especies permanecen cerrados, frente a los 15 que el Intecmar llegó a clausurar en mayo.

La marea roja está provocada por el fenómeno conocido como afloramiento de primavera, que arrastra corrientes frías cargadas de nutrientes hacia la superficie de las rías, lo que provoca también una proliferación de las biotoxinas. Los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) vinculan el incremento de la duración de las mareas rojas en los últimos años al cambio climático, que calienta las aguas y debilita las corrientes, por lo que impide que las rías se renueven con normalidad.