La escasez de bonito del norte comienza a inquietar a la flota gallega, que solo descargó 200 toneladas de esta especie durante el mes de junio, el primero de la costera. Se trata del peor registro desde 2013, cuando el sector capturó 110 toneladas, unas cifras muy inferiores a las 700 toneladas logradas en 2015 o las 680 de 2014.

Los precios, en cambio, repuntaron con respecto a 2015, al pasar de una media de cuatro euros por kilo hace un año a los 5,5 euros registrados el mes pasado. La lonja de Burela, principal punto de venta de esta especie, también lidera esta clasificación, con una cotización media de 6,45 euros por kilo, mientras que en A Coruña la media por kilo fue de 4,95 euros. Pese a esta mejora, las subastas de bonito del norte en Galicia originaron en junio una facturación de un millón de euros, un 65% menos que el año pasado, cuando la recaudación fue de 2,8 millones.

El sector trata de restar importancia a estas cifras y alega que los comienzos de la costera son "impredecibles", ya que cada año es distinto, pero la mala racha continúa también durante la primera semana de julio y los armadores comienzan a mostrar signos de preocupación. "La verdad es que a estas alturas ya deberíamos estar viendo unos ritmos más elevados de descargas", explica el gerente de la Asociación de Armadores de Burela (ABSA), Miguel Neira, que añade que los mensajes que envían los tripulantes desde el mar no son tranquilizadores. "Hay mucha inestabilidad, algunos días hay capturas y otros no", lamenta Neira, aunque reitera que todavía queda "mucha" campaña.

El bonito del norte es una especie migratoria que suele desplazarse hacia el norte desde las islas Azores, pero este año los armadores distribuyen su actividad entre el Atlántico y el Cantábrico con el objetivo de encontrar los bancos.

Otro de los datos llamativos de la campaña de este año es la proximidad entre el volumen descargado en Burela y A Coruña. La lonja lucense suele copar las subastas de bonito del norte, a buena distancia de sus competidores, pero este año registró 80 toneladas descargadas en el mes de junio, mientras el muelle coruñés, que suele ser el segundo, vendió 70. El año pasado, por ejemplo, la diferencia entre ambos puertos era de 110 toneladas.

De momento, el gerente de ABSA considera "puntuales" estas cifras. "Con unas cantidades tan bajas no es posible demostrar ninguna tendencia, podremos sacar conclusiones a finales de julio", remarca.

Mientras, la flota de volanta, que se unió a la costera por la falta de cupos de merluza, registra unas descargas aún menores que las del resto de boniteros, más curtidos en esta campaña. La lonja de Cedeira, principal puerto de los volanteros gallegos, subastó 20 toneladas en junio, la mitad que el año pasado.

"No estamos acostumbrados a esta pesquería y si la situación general es mala, para nosotros es peor", lamenta la patrona mayor de Cedeira, Lucía Villar, que no muestra muchas "esperanzas" de que la campaña mejore.