La Xunta publicó recientemente el censo de pesqueros de la reserva marina de Os Miñarzos (en Lira, Carnota) para 2016, una lista con 90 miembros que contrasta con los 108 del año pasado. La diferencia la componen 17 barcos que formaban parte del registro de 2015 y que decidieron quedarse fuera al negarse a instalar el sistema de control por radiofrecuencia que entró en vigor este año. Estos armadores son reacios a una vigilancia que consideran "excesiva", mientras los gestores de Os Miñarzos argumentan que la medida solo busca asegurar que todas las embarcaciones cumplen con la normativa.

Entre los que se negaron a entrar por este motivo hay pesqueros de Fisterra, Porto do Son, Noia, Camariñas, Muros y Corcubión. El resto de exclusiones de este año -28 en total- se debe a causas como desguaces, siniestros y, en dos casos, por "petición" de los propios armadores. En el censo también figuran varios barcos que se incorporaron en 2016.

El patrón mayor de Fisterra, José Manuel Martínez, asegura que estos buques rehusaron la inclusión en el censo al considerar que iban a estar vigilados en "todo" momento. "Hay gente que es reacia a este tipo de innovaciones y está en su derecho, pero se queda fuera", manifiesta Martínez.

Fuentes conocedoras de la gestión de la reserva marina argumentan, en cambio, que estos "miedos" no tienen "razón de ser". "El sistema es cerrado y totalmente seguro, ninguna persona puede acceder desde fuera y nadie más podrá localizar estos barcos", explican.

El mecanismo de control, que se basa en radiofrecuencias asignadas a cada barco, está centralizado en Santiago. Allí, a través de una pantalla, los inspectores pesqueros pueden certificar cuántas embarcaciones hay en la zona, si forman parte del censo de la reserva y, sobre todo, si alguien pesca en las zonas en las que está prohibido hacerlo.

"Hay que dejar claro que si se incumple la normativa se empobrece a todos los compañeros que también trabajan en la reserva", señalan estas fuentes, que consideran la nueva medida un "éxito". "Lo más destacable debería ser que la gran mayoría de armadores sí aceptó este control sin ningún tipo de reparo", remarcan.

La gestión de la vigilancia de Os Miñarzos es un aspecto muy criticado por el sector, sobre todo después de que la Xunta recortase en 2012 los fondos destinados a la vigilancia específica de la reserva y traspasase las labores al Servizo de Gardacostas de Galicia.

Mientras, el proceso de creación de una gran reserva marina que amplíe la actual y abarque desde Portosín a Fisterra continúa pese a la oposición de parte del sector, encabezada por las cofradías de Corcubión y Portosín, que consideran Os Miñarzos como un "fracaso total". Ambos pósitos reunieron en enero más de un centenar de firmas de armadores de distintas artes de Portosín, Corcubión, Muros y Noia contra el nuevo proyecto. Exigen a la Xunta una serie de condiciones para aceptar la ampliación, como alejar el arrastre a 12 millas de la costa, eliminar las jaulas de cultivo de salmón de la ría de Muros y Noia o negociar nuevos repartos de cuotas pesqueras.