Pulpo en abundancia y precios altos en lonja para satisfacción de los naseiros. Así puede resumirse el primer mes de actividad en la campaña de pesca del cefalópodo, que deja en los puertos gallegos un balance cercano a los dos millones de euros después de la comercialización de aproximadamente 300 toneladas de mercancía, más del doble de las cifras registradas en ambos casos durante el mismo mes de 2015, según datos provisionales de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar.

Las cotizaciones en primera venta resultaron muy interesantes para el sector a pesar de la abundancia, ya que el precio máximo del kilo rondó los 18 euros frente a los 10 euros por kilo del año anterior, los apenas nueve euros que marcó en 2014, los nueve euros de 2013 e incluso los 12,46 euros a los que se pagaron algunos lotes en 2012.

Los registros de ventas de pulpo del mes pasado permiten hablar de algunos de los mejores datos del último lustro, pues según la plataforma Pesca de Galicia en julio se ingresaron 1,9 millones de euros, mientras que en julio de 2015 fueron 924.000 euros por 150 toneladas. En el mismo mes de 2014 la flota recaudó 991.000 euros por la venta de 192 toneladas y en 2013 los ingresos alcanzaron los 867.000 euros tras comercializarse 203 toneladas.

Para buscar unas cifras mejores hay que remontarse al verano de 2012, pues la facturación del pulpo en primera venta superó los 2,1 millones de euros tras la comercialización de casi 355 toneladas.

Ribeira, como es habitual, es la lonja más importante para esta especie. Este puerto coruñés facturó casi 300.000 euros por la venta de 50 toneladas de cefalópodo. Bueu se coloca como segundo y supera los 295.000 euros recaudados después de vender 46 toneladas de producto, seguido de Vigo, con 268.000 euros y 40 toneladas, que marcó el precio máximo de 17,50 euros por kilo.

Mientras, la lonja de A Coruña multiplicó por más de tres sus ventas al pasar de siete a 24 toneladas comercializadas. La mejora en el precio medio, de 5,12 a 5,56 euros por kilo, permitió un incremento incluso mayor de la recaudación, que pasó de 38.000 euros en 2015 a los 135.000 registrados durante el pasado mes de julio.