El aumento del turismo este verano en el sur de Europa provocó un incremento en el consumo de pescado y elevó los precios de especies como el rodaballo o el calamar, señaló ayer la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La especialista de la FAO, Helga Josupeit, explicó a Efe que tradicionalmente la demanda de producto en la zona crece en los meses de julio y agosto porque el turismo incrementa el número de personas que comen en restaurantes, si bien este año se observa un mayor consumo del habitual. "Debido al miedo de ataques terroristas, muchos españoles e italianos se han quedado en sus países de vacaciones en vez de viajar fuera, lo que ha creado una buena demanda de pescado tradicional", destacó Josupeit.