El Gobierno decretó el pasado viernes el cierre de la pesquería de merluza para la modalidad de artes menores en el caladero Cantábrico Noroeste tras constatar que la flota "sobrepasó" las 250 toneladas asignadas para este trimestre. El sector se muestra indignado ante lo que considera "un golpe más", tras el polémico cierre de la de caballa (o xarda) y la reciente reducción del tope de sardina para el arte de xeito, aunque la actual suspensión de la pesca de merluza será previsiblemente corta. Las federaciones de cofradías de las comunidades del Cantábrico alcanzaron ayer un acuerdo para solicitar al Ministerio de Agricultura un adelanto de 40 toneladas del cupo del siguiente trimestre, por lo que aseguran que la reapertura es "inminente".

"No entendemos qué pretenden que pesquemos", lamentaba ayer el presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), José Luis Rodríguez, que estima que el paro afecta a unas 400 embarcaciones gallegas, aunque la cifra varía en función de los cambios de modalidad. Rodríguez apoya la solicitud de un adelanto de cuota del siguiente trimestre, sobre todo porque cree que la reapertura de la campaña de la centolla en noviembre permitirá "diversificar" la actividad del sector en la recta final del año.

Las artes menores del Cantábrico Noroeste cuentan con una asignación de unas 1.000 toneladas anuales que se dividen a partes iguales de forma trimestral. La cuota inicial era de 882 toneladas, pero se incrementó debido a las posibilidades de pesca sobrantes de 2015 y las negociaciones con otros países, como explica el secretario de la Federación Galega de Confrarías, Sergio López, que indica que las 40 toneladas adicionales solicitadas por los pósitos no repercutirán en el último trimestre del año, ya que también es posible pedir un adelanto del 10% del cupo de 2017.

Precisamente, la situación que vive el sector en estos momentos puede agravarse de cara al año que viene, ya que el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) recomienda una reducción del 24,5% en el cupo de merluza ibérica para 2017, de 10.600 a 8.000 toneladas. A España le correspondieron 7.000 toneladas del Total Admisible de Capturas (TAC) de 2016, lo que ya supuso una reducción del 22% con respecto a 2015.

El último informe del ICES sobre esta especie, publicado el pasado 30 de junio, estima la población de ejemplares en edad adulta (reproductores) en 25.000 toneladas y certifica la recuperación de la merluza, que a comienzos de la década de 1980 contaba con un volumen de casi 50.000 toneladas que llegó a caer, solo quince años después, hasta las 5.000. El documento también indica que el stock se encuentra por encima del objetivo del Rendimiento Máximo Sostenible -el tamaño necesario para que el recurso pueda ser explotado sin poner en peligro su reproducción-.