Es probable que el arriba firmante no sea de este mundo. Tal vez provenga, sin saberlo, de una aldea de un posible planeta existente en las inmediaciones de una estrella situada a 95 años luz de la Tierra y de la que parece haberse captado una señal radio que, vaya usted a saber, podría haber sido emitida por un antecesor de este menda.

Pero tampoco descarto que la hasta ahora conselleira do Mar proceda asimismo de otro planeta después de haber escuchado las lisonjas pronunciadas en favor de la carpintería de ribera (que no de Ribeira, como una exalto cargo de la Xunta creyó entender) por la específica colaboración de este sector con la pesca artesanal.

Creo que entiendo a doña Rosa Quintana en muchas de las cuestiones que propone e incluso aquellas otras que deja de proponer; pero hablar de colaboración de la carpintería de ribera con un segmento de flota que se hunde por culpa de la administración, de verdad que no lo comprendo.

Porque, vamos a ver: La carpintería de ribera construye barcos de madera destinados en su práctica totalidad a la pesca artesanal, pero es que la pesca artesanal la están obligando a una muerte segura. Es lo mismo que están haciendo con las lámpara halógenas, que ahora han de ser cambiadas por las led, de menor consumo y mayor duración. Pues lo dicho: Nuestra conselleira, que Dios guarde muchos años como persona, se acuerda ahora de la carpintería de ribera y el nexo de esta con la pesca artesanal en unas circunstancias tan absolutamente estrambóticas como sería instalar una bomba de achique de agua en el desierto de Gobi.

¿Es que no se han dado cuenta en la Consellería do Mar que las carpinterías de ribera (incluida una que existió en Ribeira hasta hace unos cuantos años) desaparecen porque ya no tienen más clientes que aquellos caprichosos que quieren disponer de un barquito/a con el que salir a revoltear y, de este modo, ver la costa desde el mar?

Conselleira: En la UE no saben exactamente que es la pesca artesanal. Es probable que tengan alguna referencia de la carpintería de ribera. Pero que una y otra se mantengan vivas en una Galicia que en ambos casos pierde sus señas de identidad, no deja de ser un quita y pon, un corta y pega para quedar bien en la pequeña historia de cada día.

Hagan algo por la pesca artesanal y verá cómo, a lo mejor, logra que la carpintería de ribera sea algo más que un testimonio de tiempos pasados.