La flota atunera española, agrupada en la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (Opagac), cuestiona el rigor científico de las certificaciones FAD-free (libres de mecanismos de agregación de peces) otorgadas por Marine Steward Council (MSC) a buques atuneros que operan en el Pacífico. La organización advierte de que esos sellos de calidad no están basados en metodologías robustas, desde el punto de vista científico y pueden ser interpretadas arbitrariamente, lo que no asegura su cumplimiento.

La flota atunera española hace estas consideraciones en un artículo To FAD or not to FAD publicado en la revista internacional Marine Policy.

Opagac agrupa a ocho empresas armadoras españolas con un total de 40 barcos que operan en estas aguas desde los años 90 y pescan una media de 300.000 toneladas anuales de atún.

Sus directivos aseguran que gran parte de las capturas de atún en el Pacífico se realizan haciendo uso de dispositivos de agregación de peces (FAD, por sus siglas en inglés), "incluso por parte de los buques que han obtenido la certificación FAD-free de MSC", apunta Julio Morón, director gerente de Opagac.

Esos dispositivos de agregación de peces son estructuras que los buques lastran en el océano y en los que los bancos de atunes se cobijan en busca de descanso y protección, según Greenpeace, tras lo que son capturados por las redes de los cerqueros.

"Doble ética"

MSC decide, según la flota española, la certificación en función de la distancia de los bancos de peces a los FAD y en la composición de las especies capturadas, un criterio incoherente e inválido para evaluar y certificar su aplicación de manera rigurosa y científica, según la asociación española. "Cualquiera puede mover una milla un FAD, simplemente para argumentar que el banco de peces no estaba agregado en torno a él", comenta por ejemplo el director gerente de la organización.

Opagac sostiene además que esa certificación puede ser aplicada sólo a una parte de las capturas de un mismo barco, lo que a su juicio, y aún en el caso de que ese porcentaje pudiera demostrarse rigurosamente como captura FAD-free, plantea serias dudas sobre la "doble ética" que implica reconocer que un mismo buque puede pescar, o no, de manera sostenible.

La flota española contrapone este certificado con su proyecto FIP (Fishery Improvement Project), desarrollado conjuntamente con WWF, que garantiza "la sostenibilidad de esta pesquería en función de un análisis global".

La organización de armadores propone de hecho que dado que el sello FAD-free no tiene fundamento jurídico debería aplicarse el Código de Conducta para la Pesca Responsable (FAO, 1995), que además es uno de los componentes básicos de la norma MSC. Los atuneros españoles sostienen además que no está probado que la certificación FAD-free con la que cuentan algunos buques haya conseguido reducir las capturas con FAD, lo cual también, dicen, "desacredita la teoría de MSC, según la cual reconocer y premiar prácticas de pesca sostenible ayuda a incrementar el rendimiento de las pesquerías".