Se ha esfumado la única esperanza que había de que un gallego presentase su candidatura a la Presidencia de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP). Fue como un azucarillo en un vaso de agua y ha servido, por lo menos, para tantear posibilidades. Por esto, la candidatura como tal no ha sido firme: la situación de práctica bancarrota en la que la susodicha federación se encuentra echa para atrás al más pintado. Hasta qué punto es así, que hay sueldos por pagar: la extra de Navidad y la nómina de diciembre no se han hecho efectivas al personal de la federación nacional, por falta de liquidez. Se da como probable que en enero esta situación se solvente, pero es que la inmensa mayoría de los pósitos españoles están en idéntica o peor situación. Cómo será esto que la petición emanada de la nacional de que las cofradías hiciesen una aportación extraordinaria de 60 euros cada una para celebrar las elecciones en un centro de Madrid tan sólo ha sido atendida por 36 de las 135 cofradías censadas.

Ahora debe ser la comisión electoral la que valore la procedencia de abrir o no un nuevo periodo de remisión de documentación para que, tanto las cofradías como las federaciones que no la habían enviado, la remitan a efectos de celebrar un proceso electoral fallido.

Surgen voces entre los socios de muchas de las cofradías que reclaman la posibilidad de hacer uso, como en un proceso normal electoral, del derecho al voto por correo, pero la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores ha dejado claro una vez más, que para el cargo de presidente se consideran elegibles todos los representantes de cofradías "que no tengan un asterisco rojo en el censo electoral", lo que da a entender que tampoco la totalidad de pósitos censados podrán ejercer ese derecho al que algunos recurren para apuntar a tal o cual posible candidato.

No es, no, una pera en dulce la Presidencia de la Federación Nacional. Y sin fondos económicos que contribuyan a su sostenimiento, menos aún. Hay quien apunta a que la Secretaría General de Pesca contribuirá en las próximas semanas a su pervivencia con una aportación de unos 200.000 euros, lo que sería, indudablemente, una buena inyección. Pero aún así, insuficiente dada la mala situación que la entidad viene arrastrando en los últimos tiempos. De aquí que el patrón mayor al que aludíamos el pasado martes en este periódico como probable candidato, haya metido la marcha atrás al comprobar que el barco en el que pretendía enrolarse no ofrece garantías suficientes para una gestión eficaz y válida para la mayoría de los cofrades.