La exposición a altas temperaturas durante el desarrollo temprano de los peces puede hacer que las gónadas (aparatos reproductores) de las hembras expresen genes masculinos, según un estudio realizado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Temasek Life Sciences Laboratory de Singapur que fue publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS). El hallazgo rompería con la aceptación generalizada en Biología de que forma y función de un órgano están siempre relacionadas, ya que demuestra que no siempre es así cuando se trata de las gónadas de estos animales.

"Los peces tienen un desarrollo sexual muy plástico, puesto que exhiben diversas formas de hermafroditismo. Incluso en las especies con sexos separados, que son la mayoría, la alteración de ambiente durante el desarrollo temprano debido, por ejemplo, a temperaturas anormalmente altas, puede dar lugar a un mayor número de machos", recuerda el CSIC.

Los científicos estudiaron varias familias de pez cebra (una especie con sexos separados) y descubrieron que el grado de masculinización como respuesta a la temperatura elevada depende de la familia, ya que no todas tienen la misma sensibilidad. Las hembras genéticas que terminan por diferenciarse morfológicamente como machos (denominadas "neomachos") pueden alterar la proporción de sexos y amenazar la supervivencia de las poblaciones en un escenario de calentamiento global.

Los investigadores encontraron entre los peces expuestos a temperaturas elevadas machos, "neomachos" y hembras, tal y como esperaban. Al analizar los peces que permanecieron como hembras, los científicos hallaron dos tipos: las hembras con forma y función normal y aquellas que a pesar de tener ovarios, tenían una función muy similar a la de los machos, ya que en sus gónadas se expresaban genes "masculinos".