El pesquero Senefand Dos, una patrulla de la Guardia Civil y dos aeronaves (una Falcon 50 de la Armada francesa y una avioneta privada contratada por la armadora) emprenden hoy el cuarto día de búsqueda de tres marineros desaparecidos el jueves frente a la costa de Senegal. Se trata del Senefand Uno, un arrastrero de 24 metros de eslora y siete de manga propiedad de la pesquera gallega Grupo Profand, que se hundió a 33 millas al sur de Dakar. Uno de los tripulantes desaparecidos es el patrón, Vicente Pazos, de 52 años, natural de Marín y padre de dos niñas de 10 y seis años. Otros dos marineros que no han sido localizados son de nacionalidad senegalesa. Los ocho supervivientes, entre los que está el moañés Fernando Argibay (jefe de máquinas), recibieron ayer el alta hospitalaria. Según el relato de este último, el buque escoró fatalmente a estribor (derecha) al tratar de izar por popa los aparejos, "muy cargados". El barco, construido en 1993 en el astillero luso Estaleiros São Jacinto, solo tardó tres minutos en hundirse.

De inicio la armadora consideró la hipótesis de una colisión como causa del siniestro, que fue descartada al localizar en las balsas a los ocho supervivientes. La última información remitida por satélite del Senefand Uno muestra una maniobra de arrastre a tres nudos y, posteriormente, una frenada en seco hasta los 0,4 nudos. Fue en ese momento cuando el arrastrero fue a pique por estribor, donde estaba ubicada la radiobaliza. Este sistema se activa de forma automática gracias a un dispositivo hidrostático que envía la posición satélite del barco cuando está a unos cuatro metros de profundidad, pero en este caso no se accionó. Por esta razón no se conoce con exactitud la posición donde se hundió el pesquero, de bandera senegalesa (opera para la filial de Profand en el país africano, Senefand), y por eso los supervivientes estuvieron a la deriva casi tres días.

Fue el mercante ro-ro Grande Argentina (214 metros de eslora y 28 de manga), del Grupo Grimaldi, el que localizó a los marineros en las balsas salvavidas. La hipótesis de la colisión que mantuvo la armadora hasta la madrugada de ayer, cuando fueron rescatados los ocho marineros, se debió a las singularidades del siniestro y al hecho de que la radiobaliza no se hubiese activado. La última comunicación con el Senefand Uno se produjo en la tarde-noche del miércoles 8 de febrero y desde el buque no se informó de ningún incidente (la última posición registrada en el sistema de localización AIS es de las 20.42 horas).

A las 24 horas se trató de contactar con el pesquero como parte del protocolo rutinario, pero ya no hubo noticias. Toda señal del Senefand Uno y sus tripulantes se apagó hasta localizar con vida a ocho de ellos en la balsa salvavidas.

En el momento del siniestro el jefe de máquinas, el moañés Fernando Argibay, se encontraba en el puente de mando con el patrón, el desaparecido Vicente Pazos. Tras la fatal maniobra el primero dio orden al engrasador de subir a cubierta para abandonar el barco junto a los demás marineros, que lograron desplegar las dos balsas salvavidas (con capacidad para trece tripulantes). Antes de saltar al agua Argibay gritó por el capitán y tuvo que trepar por el casco hasta alcanzar la quilla mientras el barco viraba antes de hundirse. El mar engulló el Senefand Uno con Vicente Pazos dentro después de tratar infructuosamente de rectificar la maniobra.

La fuerte corriente impidió que dos marineros senegaleses alcanzaran las balsas. "Fue un héroe que salvó ocho vidas", destacó la compañía armadora sobre su patrón.