No va a haber cambios. O al menos esto es lo que parece a pesar del relevo producido al frente de la Secretaría General de Pesca. El sistema de reparto de cuotas, por más que se pretende su modificación, no va a sufrir cambio alguno y, menos todavía, después de que el Partido Nacionalista Vasco (PNV), en defensa de sus pescadores, haya planteado al Gobierno del PP la necesidad de aprobar un reparto de la cuota de bonito o atún blanco conforme al histórico de capturas. Tal cual se viene haciendo con el reparto de la cuota de verdel o caballa.

Para "ilustrar" el planteamiento vasco se aduce la necesidad de realizar el reparto entre las distintas flotas antes de que se inicie oficialmente la campaña del bonito. A mayor abundamiento, el senador Cazalis sostiene que es precisamente la del bonito la única pesquería importante que no se regula por flotas y que la especie, altamente migrante y que lo hace de norte a sur, cuando llega al Cantábrico, lo hace en condiciones tan reducidas que buena parte del cupo estatal ya ha sido consumido.

Al senador es probable que nadie le haya informado fehacientemente de la ruta que el bonito o atún blanco sigue en el Atlántico, y olvida -o ignora- que muchos de los barcos vascos -al igual que gallegos-, inician la costera en las proximidades del archipiélago de Azores que, como muy bien se puede comprobar, no está situado al norte de la Península Ibérica.

En su migración el bonito alcanza el sur de las islas británicas y baja en dirección al Cantábrico en perpendicular al País Vasco y horizontalmente a las costas de Francia, con lo que son los barcos franceses, vascos, cántabros y algunos gallegos, los primeros en capturar los restos de los grandes bancos de bonito del norte.

Tal vez el senador desconozca asimismo que los verdaderos "despojos" de esas grandes manadas de atún blanco aparecen muy de Pascuas en viernes frente a las costas de Asturias y Galicia y que, con un poco de suerte, las pequeñas embarcaciones que por sus pocos metros de eslora y escasa potencia no se pueden desplazar al golfo de Vizcaya, pueden optar por pescar por aquí. Y esto es lo que molesta al PNV, que los barcos sin demasiadas posibilidades puedan pescar en aguas en las que les resulta posible faenar, logren unos derechos de pesca que, por razones "históricas" parecen querer reservarse para los arrantxales vascos y los pesqueros cántabros.

Los pescadores asturianos y gallegos se quedan sin opciones. Es lo suyo.