Lo es la pesca, sin duda, para Galicia. Estratégico y fundamental: fija población, da trabajo, iguala sentimientos en los que juega papel fundamental el de la mujer junto al hombre, el del hombre al lado de la mujer. Es Galicia: esposa, madre, trabajadora en conserveras, mariscadora a pie. Es Galicia: padre, esposo, marinero, marino, mariscador a flote, percebeiro, ensoñador de salitres plenos. Es la Galicia que la UE no conoce y Madrid ignora, a la que el Gobierno gallego mira sin ver. Es la Galicia a la que este año falta un 17% del cupo de jurel que le han escatimado por arte de birlibirloque en la zona VIIIc y a la que ya en 2016 le infligieron un recorte de muy señor mío. La Galicia que se va a quedar sin poder pescar el xurelo antes de que finalice el primer semestre de 2017. Se le acaban las posibilidades de pesca de la madre de todas las pesquerías y Madrid, la Secretaría General de Pesca con responsable de nuevo cuño, no quiere variar al sistema de reparto. Galicia no tiene fuerza política para negociar, como hacen los vascos, un apoyo a los presupuestos nacionales. Y gracias a que puede asumir los autonómicos. Pero es igual, les seguirán votando mayoritariamente, equivocados o no.

Es la Galicia que, en la Zona IX tenía más de 500 toneladas de bocarte (anchoa) y que ahora se han convertido en 58 toneladas que no dan ni para dar comer a los tripulantes de los 147 barcos que lo esperan como agua de mayo. Es la Galicia cuyos marineros del cerco ansían un gesto del Gobierno para que su cuota no sea sumada a la del golfo de Cádiz sino que se diversifique: los gaditanos, lo suyo; los gallegos, lo que les corresponde. Porque Galicia, sus pescadores, quieren disponer de cuota propia. Y si no es así, una cuota propia para la zona. Porque los barcos que aquí faenan dependen también de la anchoa, cuando viene: 500 kilos por barco. Bien poco es, porque los pescadores gallegos piden con la boca chica y esperan con el ansia enorme. Con tan grande ansia como espera el único barco que todavía queda en la IX sin cuota y por la que los cerqueros del viejo reino siguen peleando para que le otorguen, como mínimo, la posibilidad de pescar para vivir. Basta con cambiar el sistema de reparto.

Créanlo: para Galicia la pesca en un sector estratégico, decisivo. Lleno de posibilidades.