La Administración Central, al decir del hasta hace unos días subdirector general de Acuerdos y Organizaciones Regionales de Pesca, Rafael Centenera Ulecia, considera muy difícil la recuperación de la pesquería de la sardina en aguas del Caladero Nacional Cantábrico Noroeste. Hasta tal punto es así, que Centenera Ulecia se refirió a ella con el dicho famoso de "entre todos la mataron y ella sola se murió" para evidenciar las dificultades de una recuperación que, a pesar de ser muy deseada, tiene pocos visos de poder hacerse.

Pero es que el citado subdirector fue más allá: la sobrepesca es una evidencia de tal calibre que, según sus manifestaciones, la sobrecapacidad es cuatro veces superior a las posibilidades de las pesquerías existentes en el mencionado caladero. Y dijo algo que, además de alarmar, ha significado un mazazo para los armadores presentes en la I Xornada sobre a Pesca do Cerco celebrada el día 20 de enero en la Facultad de derecho de la Universidade da Coruña (UDC): "Aquí sobra flota", tras destacar que: "No voy a cambiar el reparto de cuotas".

Hasta dónde llegaría la alarma, que el armador de un barco de Ares, perteneciente este a una familia con un historial de 60 años de explotación pesquera, espetó a Centenera: "¡Le vendo mi barco, ya! Y si no, se lo regalo para que lo desguace!".

Ocurrió después de que el representante de la Secretaría General de Pesca repitiese que "hay que cambiar de mentalidad y dejar de pescar kilos para pescar euros".

Posiblemente no fue esta la mejor manera de decir a los pescadores de cerco de Galicia (el acto estaba organizado por Acerga) que el sector no estaba pasando por los mejores momentos y que había que reconducir determinados parámetros pesqueros, como podría ser, añadió, la concentración de cuotas en un grupo de barcos de similares características. O la unión de intereses para, por ejemplo, intercambiar cuotas con Portugal sin depender este intercambio de los planteamientos del Gobierno.

No sé si era necesario ser tan crudo en la exposición: "El pilar sobre el que se asienta la pesca del cerco en Galicia, la sardina, se ha ido a la mierda". A lo que el mismo armador de Ares, con evidente congoja, respondió: "Me hace sentir un delincuente por el simple hecho de ser marinero".

Acongojante subdirector el señor Centenera, con 25 años de historia de la pesca a sus espaldas.