Los plásticos que flotan en el Atlántico Norte van a parar al océano Ártico, donde se acumula alrededor del 3% del total mundial aunque las poblaciones humanas son escasas allí. Las latitudes polares carecen en gran medida de fuentes cercanas de contaminación, a pesar de lo cual la mayor parte de las aguas superficiales libres de hielo están ligeramente contaminadas con restos de plástico, según un estudio internacional.