He de confesar, y confieso, que me gusta la música. Y confieso asimismo que no le he hecho ascos, nunca, a la de Kiko Veneno y, menos todavía, a la de Camarón de la Isla. Y se da la casualidad de que ambos, Kiko Veneno y Camarón, se unieron para hacer popular la rumba que da título a esta crónica marítima que tiene como argumentos, además del de volar y del añorado Camarón de la Isla, la paralización desde hace un año del helicóptero de Salvamento Marítimo encargado de relevar, en el aeropuerto de Alvedro, al vetusto Helimer Galicia.

Porque el Helimer 401 que la Administración puso en el aire para salvar vidas humanas en la mar, costó 24 millones de euros -esos que no ganamos ni usted ni yo en toda una vida laboral- y está paralizado a falta de una pieza que no sirve la empresa suministradora de la aeronave desde el 2 de junio de 2016.

La orden de paralización vino dada por la Agencia Europea de Seguridad Aérea y fue levantada en octubre de 2016 sin que nadie, ni en Salvamento Marítimo ni en otras instancias de la Administración marítima española, haya dado una explicación a esta situación que evidencia el desinterés en la prestación del servicio de rescate aéreo por parte de los organismos implicados en la prestación de tal servicio humanitario.

Hace unos días, la portavoz de Pesca del grupo socialista en el Parlamento gallego, Loli Toja, calificó de "negligencia" ese dolce far niente de la Xunta al respecto. Y es normal, porque aunque la responsabilidad primigenia no es del gobierno gallego, éste sí tiene la obligación de interesarse ante el Gobierno central por los motivos por los cuales una aeronave de características inferiores como el veterano Helimer Galicia ha de ser utilizado mientras el de más reciente adquisición y con mejores prestaciones duerme el sueño de los justos en un hangar y su tripulación -¿qué es de ella?- se encuentra a disposición de las órdenes, pendiente de lo que acontezca con el Helimer 401.

¿Que 24 millones de euros no justifican la alarma? Posiblemente no para aquellos que manejan centenares de esos millones; pero es que esos 24 millones han salido de las costillas de Juan Pueblo. Y ojalá no tengamos que echar en falta la presencia en la mar de una aeronave como la que está paralizada, porque entonces se armará la de dios es cristo y a ver cómo le explican ustedes a los afectados que todo se debe a una carencia de la firma Airbus en la entrega de una pieza de recambio.

Sinceramente: un año de espera es como para ponerse a cantar la creación de Kiko Veneno que Camarón de la Isla hizo popular allá por los finales de los años 70 del siglo pasado.

Un poco de vergüenza sí podía darles, señores. Aunque dejen para otro momento la fallida comparecencia mediante plasma y la herencia de una sociedad en un paraíso fiscal por parte de algún miembro de la Administración de Justicia.