La Confederación Española de Pesca (Cepesca) cumple este año una década de vida. El andaluz Javier Garat ejerce desde entonces como secretario general de la asociación, que surgió con la vocación de unir a todas las entidades. Además, Garat preside la patronal europea Europêche y la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA).

- ¿Cambió mucho el sector en estos diez años?

-Cambió al menos desde que estoy en el sector pesquero, hace 16 años. En general está mucho más convencido de hacer las cosas de una forma más sostenible, de respetar las recomendaciones científicas, de trabajar con ellos, de respetar las cuotas, de pensar que los recursos no son infinitos y hay que cuidarlos? Pero también de la necesidad de cuidar a los trabajadores, a las tripulaciones. Al combinar ambas cosas, al final se obtienen los resultados económicos.

- ¿La búsqueda de la sostenibilidad es el mayor cambio que se produjo?

-Al menos por un lado. Por otro, lo es claramente la adaptación de nuestra flota a la Política Pesquera Común (PPC), tanto en el caladero nacional como en los buques de larga distancia. Vimos como se redujo la flota, que ahora es de 9.299 barcos. La de altura está en una mejor condición y en la bajura todavía queda adaptarse al sistema de gestión de cuotas que se implantó. Les cuesta más, con armadores con barcos con poca cuota a los que les cuesta salir adelante.

- Hace poco se integró a asociaciones con buques de otros pabellones, ¿es el futuro?

-No. Nosotros tenemos 41 asociaciones de armadores de las que 39 representan a barcos con bandera española. El futuro siempre será eso, que es lo prioritario. Hace unos meses se decidió incorporar barcos de capital español pero con otra bandera y lo que hace es aumentar nuestra dimensión internacional, con una mayor representatividad de la flota de los armadores españoles.

- En Galicia hay asociaciones que en su día estuvieron en Cepesca pero ya no. ¿Cabe la posibilidad de que vuelvan?

-Las puertas de Cepesca siempre estarán abiertas a otras asociaciones. Si algún día quieren volver, estaremos encantados de que lo hagan, es su decisión. Afortunadamente, Cepesca siguió creciendo, porque recuerdo que en el año 2007 había gente que no apostaba un duro por nosotros. Hoy en día, nadie cuestiona a la confederación.

- Parece que el sector incrementa la flota en Argentina, Namibia... ¿Es el proceso natural?

-Ahí vemos que se produce algo que ya llevábamos tiempo valorando: la renovación de flota de larga distancia. Hace mucho que empezaron a crearse las sociedades mixtas en todo el mundo, lideradas por empresas españolas, para acudir a países que les ofrecían posibilidades de pesca. Se encuentran ahora con barcos con muchos años que necesitan ser renovados. Estas empresas han hecho bien las cosas y se pueden permitir, con la financiación correspondiente, invertir en la renovación y sustituir una unidad por otra siendo mucho más eficientes.

- ¿Es quizá uno de los principales retos que afronta el sector?

-Antes que eso está la obligación de desembarque. Entrará plenamente en vigor el 1 de enero de 2019 y utilizando un símil será como si fuéramos por una carretera en medio de un fuerte temporal y nos encontramos con un grandísimo tornado en esa fecha. Se va a llevar por delante a muchas empresas y barcos.

- ¿Estamos preparados?

-Hoy en día no. El problema es que para intentar que ese tornado no nos lleve por delante habría que modificar la legislación actual, el artículo 15 del reglamento base. Porque las especies de estrangulamiento [aquellas de las que España tiene poca o nula cuota] van a generar muchos problemas en España y en otros países. O conseguimos que los legisladores introduzcan cambios o vamos a tener serios problemas.

- ¿Hay posibilidades de cambiar la legislación?

-El problema es que la Comisión nos dice: "Vale, eso está muy bien, pero demostradlo". Entonces nosotros comentamos el símil de la carretera y hasta que no estemos en ese tornado no lo vamos a poder demostrar.

- Y además está el reparto de cuotas en diciembre. ¿Qué va a ocurrir?

-Lo que va a pasar es que la Comisión va a proponer unos Totales Admisibles de Capturas (TAC) basados en el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) del año 2018, con algunas especies en las que habrá propuestas con consecuencias grabes para la flota y otras mejores que apoyaremos. España tendrá que demostrar que a lo mejor no es lo más razonable establecer un TAC para conseguir el RMS en 2018, sino que tal vez tiene que ser un TAC para conseguir el RMS en 2019. En unas saldremos bien parados y otros no, como siempre.

- Por otro lado, ¿arrancará este año el régimen especial de larga distancia?

-Sinceramente, creo que no. Pedimos a Pesca que a la flota de larga distancia se les concedan beneficios fiscales y laborales. Estamos trabajando con el Ministerio de Pesca y lo que pasa es que tenemos que convencer a Hacienda, pero me parece que este año no lo vamos a ver hecho realidad.

- ¿Y cómo se a va poner solución a la bajada del consumo pesquero?

-Una vez analizado que se redujo el consumo en los hogares durante los últimos años, consideramos que hay 3 líneas de actuación: una mayor comunicación de la importancia del consumo de pescado por lo saludable que es; una mayor promoción del propio consumo, como en su día hubo con el FROB; y, por último, creemos que se debería reducir el IVA al 4% como ocurre con otros alimentes de primera necesidad y similar a lo que hacen otros países vecinos.

- ¿Qué van a dar de sí, al menos, los próximos diez años?

-Si vemos el comienzo, nos encontramos con tres federaciones que tenían desconfianza y discrepancias entre ellas pero que decidieron unirse para ser más fuertes. Después de un proceso de transición de varios años, tenemos una confederación completamente diferente. Hoy hay más confianza entre sus asociados, con el personal de la confederación y con un nombre en el ámbito europeo e internacional que no teníamos hace diez años. Queremos consolidar eso, tener más asociados como los que acaban de entrar y seguir trabajando para cumplir los objetivos marcados.