Los tripulantes de los helicópteros Helimer 211, de Salvamento Marítimo y con base en Gijón, y Pesca 2, de Gardacostas y con base en Celeiro, recibirán próximamente la Mención de Honor otorgada por la Organización Marítima Internacional (OMI) por la "valentía, dedicación y profesionalismo" demostrados en la operación de salvamento de los doce tripulantes del pesquero Gure Uxua, que habían abandonado el barco y se hallaban en una balsa a la deriva en aguas peligrosas con olas de 10 metros y vientos muy fuertes.

Esta distinción de la OMI se concede por segundo año consecutivo a tripulaciones de helicópteros de salvamento marítimo españoles. En 2016, los tripulantes de los helicópteros Helimer 401 de Salvamento Marítimo y con base en Alvedro y el mismo Pesca 2 recibieron idéntica Mención de Honor por el rescate del buque Modern Express.

El merecido reconocimiento llega cuando desde algún medio de comunicación no solo se cuestiona el trabajo de estos profesionales del salvamento marítimo, sino el de la propia cadena de mando de ese organismo dependiente de la Dirección General de la Marina Mercante y sin tener en cuenta las adversidades que han concurrido en ambos casos. Por ejemplo, cuando el 3 de febrero los marineros del Gure Uxua tuvieron el tiempo justo para abandonar el buque y pasar al interior de una de las balsas salvavidas bajo condiciones extremas con vientos de fuerza 8, mar arbolada y escasa visibilidad. En estas condiciones, el Helimer 211 rescató a siete de los tripulantes y el Pesca 2 a los otros cinco.

En ocasiones resulta sumamente fácil criticar un servicio como el que prestan las comunidades autónomas y Salvamento Marítimo, cuando sin embargo se loa la intervención de medios de salvamento británicos e irlandeses, para los que es justo el reconocimiento, pero no en mayor medida que el que debemos conceder al salvamento y rescate del que disponemos en Galicia, tanto por parte de la Xunta como por la de Salvamento Marítimo.

La evidencia se ha producido recientemente con una intervención al límite de sus posibilidades de un helicóptero de Salvamento Marítimo, que hubo de desplazarse a un punto responsabilidad SAR británica que este organismo no podía atender adecuadamente, por lo que solicitó la intervención del Helimer con base en Alvedro para salvar la vida de un marino solitario.