Un 36% de los pescados que se consumen en España están infectados con anisakis, un parásito que puede provocar desde problemas gastrointestinales hasta alergias. Expertos del grupo sanitario Vithas Nisa advirtieron del peligro que puede suponer para la salud que uno de cada tres productos pesqueros contenga este parásito en alusión a datos proporcionados por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). El riesgo, sin embargo, varía según la zona: se dispara en el Cantábrico, donde llega hasta el 50%, mientras que las especies procedentes del Mediterráneo apenas alcanzan el 6%. Además, es más peligroso si se consume crudo (destacan los boquerones en vinagre) aunque la congelación previa reduce los casos en un 80%.

El anisakis está presente en ciertos productos de la pesca y sus larvas pasan activas al aparato digestivo humano si se ingieren poco cocinados. "Nuestras dietas no incluyen pescados crudos como ocurre con el sushi japonés, por ejemplo, por lo que se elimina casi al 100% el riesgo de contagio", tranquiliza el presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, Tomás Fajardo. El líder de los pósitos autonómicos recuerda que el pescado y el marisco que se consume en España y se comercializa legalmente pasa unos controles que acreditan que es seguro y que las vísceras del pescado, donde está el parásito, no se suelen comer, por lo que el riesgo de contagio es "pequeño".

Los expertos, por otro lado, apuntan a un incremento de la incidencia del anisakis sobre la salud pública en todo el mundo, especialmente en países que tienen un consumo elevado de pescado. Según los especialistas, esto se debe a la práctica "cada vez más extendida" de destripar los productos en alta mar y arrojar sus vísceras al agua, donde otros ejemplares se las comen y se infectan, así como al incremento de alérgicos al parásito y a "la moda" del sushi y otros tipos de pescado crudo o poco cocinado como el ceviche. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estableció en el marco del proyecto Parasite que más de 3.000 millones de larvas viables de anisakis se devuelven al mar por el eviscerado a bordo. Para reducir la probabilidad de que los peces consuman vísceras infectadas, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente anunció en mayo que va a fomentar el uso de dispositivos en los barcos para inactivar las larvas. Un mes después, la empresa gallega Marexi llegó a un acuerdo con una cooperativa de armadores irlandesa para instalar un sistema que trata las vísceras antes de devolverlas al mar libres del parásito denominado Telepad en uno de sus buques, lo que convertía a la máquina gallega en la primera que se instalaba en todo el mundo.

La alergóloga del Hospital Vithas Nisa Virgen del Consuelo, Victoria López, asegura que las dos principales alteraciones que se pueden producir tras entrar en contacto con el parásito son las infecciones gastrointestinales y las alergias, que pueden desencadenarse incluso si el pescado que come el afectado ya no está infectado.